Capítulo 1: Partidas

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Konoha, 2016

--Naruto, te amo.

La imagen que el espejo le devolvió no le gustó para nada a la joven de quince años parada frente a él. Juntó sus labios, viendo como su reflejo se burlaba sin saberlo. 

--No... así, no. --se acomodó el pelo, puso uno de sus brazos en jarras y señaló hacia delante, poniendo cara desafiante. --¡Tú! ¡Uzuma...! --sus manos cayeron repentinamente. --No, no puedo hacerlo...

--Quizás con un poco de tu timidez puedas hacerlo. 

Hinata se puso roja al segundo. 

--¡Mamá! ¿Porqué me espías? --respondió la joven, avergonzada y enojada al mismo tiempo con su madre. --¿Que tanto escuchaste? 

--Lo suficiente para decirte que tienes buen gusto mi cielo. --Hana sonrió, con una mezcla de burla y orgullo en su semblante. 

--Gracias por... ¡Mamá! ¡No me hagas decir esas cosas! --rezongó Hinata. 

Hana carcajeó, se aproximó a su hija y le puso un mechón de su cabello por detrás de su oreja, como siempre solía hacerlo. 

--Hija, sonríe. --Hinata obedeció. --Así es. El amará eso.

--¿En serio lo crees? ¿No piensas que soy algo... bueno, rara, aburrida? 

--Puede que sí. --Hinata bajó la vista, consciente de que era cierto. --pero no significa que no pueda gustarle eso de ti. A mis ojos, eres rara porque eres única, hija. --Hana puso su mano en el rostro de la joven. --eres aburrida porque estás callada, pero eso te hace sabia, porque sabes exactamente cuando hablar mi sol ¿Lo comprendes? 

--Tal vez sí, tal vez no. --le dijo Hinata, sonriendo para sus adentros. 

--Quizás no debí contagiarte mi sentido del humor. --Hana sonrió. --Hija, no renuncies a él por una palabra no dicha. 

--Si no hago que salga, dará igual. --La joven de cabello negro se removió entre los brazos de su madre. --cuando lo tengo enfrente... es como si me congelara. 

Hana la miró detenidamente, pensando en algo. Hasta que su mirada cambió, como si hubiese tomado una decisión importante.

--Es como si describieras a tu padre. 

--¿Qué? 

--Tu padre. --La mujer la guió hasta la cama, donde se sentaron, rodeadas de diversos conejos de peluche. --Tu padre siempre que intentaba invitarme a salir se quedaba paralizado, sin palabras y a veces parecía un completo idio...tonto. 

Hinata pasó por alto el desliz de su madre para, en cambio, imaginar a su serio y formal padre ponerse rojo de vergüenza ante la idea de pedirle a su madre una cita. No pudo. 

--Imposible. Papá parece tan... decidido... 

--Lo era. --Hana pasó su brazo por su hombro. --Lo es aún. Por eso después de unos cuantos meses de balbuceos logró hacerlo. Cielo...Si de verdad quieres invitar a ese chico a salir, tómate tu tiempo ¿Está bien?

--¿No debo apresurarme? 

--A menos que quieras parecer desesperada, no sería un buen consejo cariño. --Hana la miró y le dio un beso en la frente. --Ahora... ¿Que tal si te hacemos lucir un poco? ¿Que dices?

--Digo que no te atrevas a ponerme lápiz labial rojo fuego --la reprendió Hinata, sabiendo que su madre podría hacerlo. 

--Eso sería demasiado, pero sin duda tendrás...

Metamorphosis - NaruhinaWhere stories live. Discover now