Dolencia

Parte 4

Todo se volvió oscuro, mi mente esta en colapso total, pero lo peor de todo esto, que sigo con una persona extraña en su auto. Esta no es la parte que cuento, cuan segura me hace sentir segura y agradezco por verme salvado. Eso seria la gran mentira que me diría a mi misma. No se cual fue el motivo que hizo que me ayudara y a decir tendría que agradecerle, si no fuera por el no estaría sana y salva. 

-Muchas gracias por ayudarme.- Su mirada no se despego del camino.- ¿Donde vamos?

-No voy a entender que hacías en ahí. ¿No sabes lo estúpido que fue que vallas a un lugar como ese?- Me grito con todo el odio del mundo, pero ya no podía me podía asustar más de lo que estaba. 

-Creo que si vuelvo a explicar, como llegue a ese lugar me exportara la cabeza.- Le digo con toda mi sinceridad que puedo.  largo una carcajada pero es mas  sarcástica que otra cosa. 

-¿No me digas? no tenes idea donde mierda te metiste y tampoco tenes idea del peligro que corremos. Es más, te recomiendo que te vallas del país por un tiempo.

-Eso se soluciona fácil si abrieras la boca y me digas lo que me tengas que decir.- No quería gritarle porque ya no me quedaban energía, pero no estaba haciendo nada fácil.- Te vuelvo a preguntar ¿Donde vamos?- Me fulmina con la mirada, pero se la sostengo. No me intimida. 

-No se donde vamos. Trato de pensar pero la verdad que vos mucho no me ayuda.- Esta vez fui yo quien soltó una carcajada.

-Disculpa, en serio. No se si lo notas, pero no todos los días voy por la vida teniendo episodios como este.- Su mirada se suavizo un poco.

-Lo se, Solo que trato de entender lo que acaba de pasar.- Esta más pedido que yo, eso me confunde más, porque en realidad es el quien esta en ese lugar.- Perro es un Narcotraficante, ese era su gym donde hace las peleas clandestinas de la temporada. Pero después que termine la temporada, lo convierte en un bar donde trabajan con prostitutas  y otras cosas más. Yo trabajo para el, soy su mejor luchador.- Me miraba de reojo, esperando que le diga algo.

Wow pero la verdad que tenia mucho que procesar. Ahora ya no se que hacer. Tendría que hablar con mi papá, el sabe lo que hay que hacer en estos momentos. 

-Tendríamos que hablar con mi padre, el es especialista en estos temas.-Calculo que no le gusto nada lo de que dije, porque clavo los freno y hizo que mi frente chocara con el parabrisas. ¡hoy es un gran día para morir!

- El cinturón póntelo. No creo que sea necesario meter a la policía en este tema. Perro tiene comprados ala gran mayoría.- Pero qui mierda dice.

-Mi papá no es un policía, Es abogado y es un diputado de Buenos Aires.- Me molesto que piense que mi papá es policía corrupto.- El nos podrá ayudar, no te preocupes no le diré nada sobre tu vida. Solo le voy a decir que me salvaste de algo horrible.

-Bueno no creo que eso no  nos salve, pero podríamos intentarlo.- no se veía convencido, pero la verdad que no me importaba, solo que me quería  ir a mi casa y cerrarme en mi cuarto a llorar como una niña chiquita.

- Y ¿Porque supones que vos estas en peligro? digo, vos trabajas para el, sabes como se maneja.- Parece que mi comentario le molesto porque me fulminaba con la mirada.

-Estas muy equivocada, Perro cuando despierte va a saber que yo te ayude a escapar y odia se interpongas en su camino. No es la primera vez que lo hago.- Su mirada se puso más dura y furiosa- Que trabaje para el, no significa que me agrade o le de lealtad. Puedo seguir conduciendo sin rumbo, pero estaría genial que me des la dirección de tu casa.-

Le doy la dirección de mi casa y no hablamos por un rato. El silencio no fue incomodo. Creo que es hora que le pregunte como se llama.

-Me llamo Ariadna, ¿Vos?- Mi pregunta lo sobresalto un poco, calculo que estaba pensando en algo. 

-Me llamo Owen.- Se limito a seguir hablando. Reconocí las calles, eso significaba que estábamos cerca  de mi departamento. Me doy cuenta que todavía tenia mi móvil conmigo. Agradezco que también aya sobrevivido al momento. Decido prenderlo y no tardan en llegar mensajes y llamadas perdidas de Lautaro, pero también de mis padres. Llamo a mi Mamá.

-Ariadna ¿Donde estas? Me llamo Lautaro, me dijo que discutieron y que te fuiste del bar porque no lo podías esperar, te estuvo llamando y le apagaste el móvil. Con tu papá estamos preocupado. ¿Que paso?-Hasta que por fin me deja hablar.

-Ma, lo espere por una hora y no apareció tenia frió y no me siento bien y si lo apague para que no me llame. Sabes que siempre me hace lo mismo. Necesito hablar con ustedes. Me paso algo feo y no quiero explicarles por el teléfono. No se preocupen estoy bien. ¿En cuanto llegan a casa?- Le pregunto tratando de sonar lo mas natural posible para que mamá no se preocupara. 

-Dios hija, me asustas 

¿Vos estas bien? creo que tu novio se esta volviendo un poco asfixiante, ¿Sabes que con tu papá  te apoyamos en todo, no?-  Sabia que mamá era comprensiva. A ella también la cambio la muerte de la abuela. Después de ese momento  hicimos mas unidas, antes ella viaja mucho ya que trabajaba en marketing para una empresa de belleza, pero después de Beti, decidió ponerse su propio salón de belleza y no viajar mas, por surte su salón tiene mucho éxito.

- Lo se Marian, todo esta bien.-  le molesta que la llame por su nombre, me gusta hacerla enojar.

-MMM Basta ya ari. Papá me pasa a buscar y después queríamos ir a cenar. ¿Queres que te pase a buscar?- Mamá no se debe ni imaginar lo que le tengo que contar.

- No Ma. Necesito que vengan a casa, es importante- No la quería asustar, pero necesitaba que comprenda que era urgente.- Quiero que conozcan a una persona.- hubo silencio del otro lado de la linea.

-¿Estas bien? Me estas asustando Ari. Bueno, papá me va a pasar a buscar y voy para casa. Llegare en la hora de siempre.- Ahora si mamá se preocupo. Sabe que soy de hacer bromas de con cosas a si.

-Ma,  estoy bien. Te espero en casa.- Me despido dando por terminada la llamada.

-Dale hija, te amamos.- Después de eso corto la llamada.

Owen me miraba un poco perplejo.

-¿Que hiciste? ¿Que te hace pensar que quiero conocer a tus padres?- Me grito con tanto enojo que a decir verdad me asuste mucho.