Las risas femeninas inundaban el laboratorio como si una loca científica hubiera creado a la criatura que destruiría al mundo o algún arma que la ayudar a conquistarlo.
— Finalmente —Dijo parando las risas unos segundos — ¡Finalmente lo he terminado!
Unos días después.
— ¡Damas y caballeros! —Gritó una chica en bata de laboratorio, castaña de ojos azul — Presten atención, porque esto pasara a la historia.
Se encontraba en un parque a las afueras de Akihabara con asientos para el público, un escenario montado, una pantalla gigante y una extraña maquina conectada a una silla, como si hubiera salido de una película de ciencia ficción.
La gente se reunía curiosa y siendo entrada libre muchos aprovecharon su tiempo libre aunque no tuvieran idea de que se trataba todo eso.
— Durante miles de años los seres humanos se han hecho la pregunta ¿El destino existe?, ¿Es algo tallado en piedra?, ¿Puede ser cambiado? O ¿Es inevitable? Pero sobre todo, ¿Es esa persona realmente la persona con la que estaban destinadas desde el principio? —Los murmullos comenzaron, la mayoría sin creer lo que esa científica decía o sin entender de que iba todo eso — Pues hace poco he terminado el invento que resolverá todas esas preguntas; les presento, ¡El buscador de realidades!, nombre sujeto a cambios futuros.
Las personas no sabían su aplaudir o no por lo que solo pocas lo hicieron.
— Les explicaré como funciona —No parecía decaída por el poco impacto — Una persona se sienta en esta silla, y es conectada a mi máquina, analizará ADN, rasgos físicos, funciones cerebrales y sumaremos nombre, edad, sexo y conducta, entonces mi invento buscará a la misma persona en realidades alternas y en cuando la encuentre veremos en pantalla que tipo de vida lleva esa misma persona en otro mundo.
Ahora si la idea sonaba loca, ¿Quién iba a creer algo semejante?
— Se lo que están pensando pero les puedo asegurar que no es broma —Dijo rápidamente la científica — Ya lo he probado y les puedo asegurar que funciona, pero para hacer una demostración frente a ustedes necesito voluntarios.
— Esto es una estupidez —Dijo una rubia de ojos azules, su mirada era fría e irritada.
— Onee-chan —Otra rubia más joven que la anterior intentó calmarla.
— ¿No crees que mi creación realmente funcione? —Preguntó la científica con toda calma y una sonrisa.
— Por supuesto que no, todo esto es solo un circo, no está probado científicamente que existan otras realidades y mucho menos algo como el destino.
— Entonces ¿Por qué no lo pruebas?
— No quiero formar parte de este circo, y habría que ser un completo idiota para creer todo esto, ¿Quién con dos neuronas en su cabeza querría probar un invento tan tonto e innecesario?
— ¡Yo, yo, yo! —Gritó una chica de cabello jengibre y ojos azules levantando la mano mientras corría al escenario — Yo quiero probar ese invento tonto e innecesario —Dijo bastante animada frente al escenario.
— Bueno, tenemos una voluntaria, ahora por favor tome asiento.
La chica de inmediato lo hizo y la científica colocó algunos electrodos en sus manos y rostro al igual que un casco; pinchó su dedo con una pequeña aguja haciéndola sangrar y colocándole una especie de tubo en el mismo dedo de inmediato.
— Bien, todo listo —Habló una vez terminó el trabajo — Ahora diga su nombre y edad, fuerte y claro por favor.
— Kousaka Honoka, 19 años —Respondió sin dudar.
ESTÁS LEYENDO
Las realidades del destino.
FanfictionUna loca científica crea una máquina que permite ver otras realidades con tal de comprobar ¿Qué es el destino? y si existe como tal, para ello deberá buscar voluntarios para comprobar esta teoría.