Flores y recuerdos | One Shot |

Letter and memories

Lo recuerdo perfectamente... la primera vez que nos conocimos. Caminaba por los pasillos a pasos apurados con papeles que la profesora me había encargado de llevar a la oficina de profesores, necesitaba llegar rápido para poder irme a casa con Tae, mi mejor amigo, y jugar los nuevos videojuegos que salieron los cuales él aseguraba que eran de los mejores del año. De repente, a mis oídos llega la melodía de un piano, sonaba con cierta calidez y tranquilidad. La curiosidad es un defecto y una virtud en los humanos, nos puede traer cosas buenas como malas, en mi caso me condenó a sufrir por años el dolor de un amor no correspondido.

Me sentía con la necesidad de ir en búsqueda de aquel sonido que parecía como si me estuviera llamando con tal urgencia que cuando los papeles que estaban en mis brazos desaparecieron supe que en ese momento mi único objetivo en mente era encontrar al responsable de aquella melodía.

Corrí y corrí hasta llegar al lugar de donde provenía, el salón de música, apoye una mano en la pared y me tomé un pequeño tiempo para recuperar el aliento. Debí estar tan ensimismado en poder respirar con normalidad que no había mirado lo que creía una pared era la puerta, la cual resultaba estar abierta, entonces sentí como la "pared" se iba moviendo hacia dentro lo que causó que fuera directo al piso provocando un gran ruido con mi caída, obviamente, interrumpiendo a quien tocaba. Así es, nuestro primer encuentro fue el más ridículo y vergonzoso que nos pudo pasar a ambos. Yo besando el suelo y tu mirando fijamente en mi dirección expectante de mi siguiente movimiento. Una risa. Tu risa se escuchaba tan linda, y otra vez, por curiosidad, levante un poco la mirada para apreciar tu cara. Wow. Si, exactamente eso fue lo único que pensé. Tus ojos parecían estar como dos media lunas mientras se seguía riendo, era algo parecida a mi eyesmile, y tus encías se mostraban al aire con total libertad. Me quedé observando hasta que paraste de reirte de mi estúpido desliz, ahora te levantas de tu asiento acercándote hacia mí, te agachas un poco y ofreces tu mano en señal de querer ayudarme. La acepto. Fueron por unos pocos segundos pero solo eso basto para sentir tu cálido tacto, admitó que he deseado no solo un roce sino entrelazarlas.  Ante ese pensamiento mis mejillas empezaron a sentirse con algo de calor, qué vergüenza, es la primera vez que te ví y estuve siendo idiota por un simple gesto que cualquiera haría. Decidí tener agallas en mirar de reojo, mala idea, la cercanía entre nosotros era muy poca. Pero con lo que dijiste a continuación me sacó de mi mente.

—Hey, te has dado un buen golpe. ¿No deberías tener más cuidado si intentas espiar a alguien? —preguntaste con un tono de burla, y añadiste—: en fin, ¿Cúal es tu nombre, pequeño? 

Ah... es cierto, desde ese momento comenzaste a usar el apodo "pequeño" conmigo, a esa edad tenía lógica el que lo utilizaras ya que eras unos cuatro centímetros más alto. Sin embargo, siempre me enojaba al escucharlo aun si era verdad.

—Mi nombre es Park Ji Min, ¡no te estaba espiando y no vuelvas a llamarme pequeño!—exclamé haciendo un puchero y con el ceño fruncido.

—Wow, wow, miren a la pequeña bestia intentando excusarse de su crimen. Tranquilo pequeño Ji Min, y si quiero llamarte pequeño lo haré—dejaste escapar una pequeña risa— Sabes, aun con el ceño fruncido te sigues viendo adorable así que no te sirve de nada si es que intentabas lucir intimidante.

—¡Deja de burlarte de mi, idiota! Para tu información tengo mucha fuerza, no deberías meterte con alguien como yo. Además, es grosero de tu parte el no decir tu nombre cuando yo te dije el mío—me crucé de brazos mirando directamente a tus felinos ojos, por dentro sentía los nervios comerme y el sudor empezar a salir. 

—Bien, primero cuida tu lenguaje pequeño. Podrías estar tratando con alguien mayor que tu. Segundo, tienes razón, disculpa por mi error. Mi nombre es Min Yoon Gi.