No Me Sigas [ItaNaru Vs SaiNaru]

Capítulo 1

—¡Vamos! ¡Solo iremos a tomar unos cuantos tragos y listo! —le decía Deidara, uno de sus compañeros de trabajo.

—¿Olvidas que somos médicos? —le preguntó Itachi ya que este no dejaba de insistir en salir.

—No pongas excusas baratas —dijo mirándole mal—, unos cuantos tragos no hacen mal a nadie, y tampoco es como si te hubiese dicho que nos tomaríamos todo el bar completo.

—No.

—Vamos y yo pago —volvió a insistir Deidara—. Sabes que si no fuese porque no tengo con nadie con quien ir no te estaría pidiendo.

Itachi rodó los ojos.

—No pongas esa cara —siguió quejándose el otro.

—Está bien iré... ¿Feliz? —preguntó sin ganas.

Itachi no se considera del tipo que disfruta del libertinaje, él prefería estar en su hogar o estar trabajando, nunca le agradó esas cosas y por ese motivo nunca fue a alguna fiesta sin importar de que fuese.

Llegaron al bar que rebalsaba de gente por ser viernes.

No importaba que esté lleno más gente entraba.

La segunda cosa que no le gustaba a Itachi, un lugar lleno de gente, donde todos estaban apretados como ganado.

Se sentía asfixiante el ambiente y más por los olores que había en el aire.

Desde olor a vómito hasta fragancia barata de mujer.

Esos perfumes que Itachi tanto odiaba, en tercer lugar.

Aromas repugnantes, demasiado dulces...

No es que él fuese machista ni nada por el estilo, tampoco se trataba de que le gustase criticar o discriminar a la gente, para nada.

Solo que no se sentía a gusto con ciertas cosas.

—Un trago y nos vamos —dijo neutro y su compañero asintió.

Ambos se dirigieron a la barra para pedir la dichosa bebida.

—Porsh esho te diggh... ¡Me olvide! Hahahah! —reía el compañero de Itachi, ambos se habían pasado de tragó— Oyshhe esshpera!

Itachi se había parado y lo dejó hablando sólo. Necesitaba ir al baño urgente por dos motivos.

Uno era que tenía unas terribles ganas de devolver hasta el corazón y dos era que se estaba meando y si no iba se hacía encima y para su edad ya no era aceptable.

Aún así anduvo elegantemente hacia el baño, aunque un poco tambaleante debido a la borrachera.

Un ruido que parecía perforar sus oídos no paraba de sonar una y otra vez.

—¡Maldita alarma! —Se enderezó y tomando el despertador lo arrojó contra la pared.

Era hora de ir a trabajar pero no tenía ni la más mínima ganas de levantarse, estaba hecho un desastre y todo por culpa de el idiota de su compañero de trabajo.

Con una jaqueca terrible tuvo que ir a trabajar de igual manera.

Se le hizo raro no acordarse cómo y a qué hora volvió a su casa.

Todo lo que había sucedido después de tomar esos tragos de más no aparecía en su mente ni por más que la fuerce.

—¡Oye! ¿Ahora no saludas? —preguntó Deidara.

—¿Qué? —Itachi miró mal al ocasionante de su dolor de cabeza y náuseas.

—Ah, ¿Ahora el señor se cree la gran cosa porque se acostó con un lindo chico?