FACE » MARK TUAN ✔

Único

Sin despegar los ojos de la pantalla del televisor, tantee la cama en busca de mi móvil, el cual, había comenzado a sonar. Cuando lo encontré, le di un rápido vistazo a la pantalla para leer el nombre del dueño o dueña de aquella llamada y, de inmediato, deslice el círculo de color verde al percatarme de que se trataba de Minnie.

— Quiero que me expliques inmediatamente el por qué he revisado toda la casa de SeungHoon y no te he encontrado.

— Será porque... ¿No estoy ahí? — cuestione, alzando una ceja y llevándome otra galleta de chocolate a la boca.

— ¿Por qué no estás aquí? ¡Dijiste que vendrías! — me recriminó con voz indignada, a lo que yo simplemente rodee los ojos porque, yo jamás había dicho eso.

— No. Tú diste por hecho que iría — la corregí, y me hundí entre la gran cantidad de cojines y peluches que había a mi alrededor. — Y la verdad es que no tengo ganas de ir de fiesta, Minnie. Así que por favor, no inten...

— ¡Ven, Alice! ¡Por favor, Por favor, Por favooooor! — rogó sin dejarme terminar de hablar. Bufé sonoramente. — Servirá para que te distraigas, además de que no será lo mismo si tú no estás aquí, Alice...

— ¡Oh, ya cierra el pico, Minnie! — reí al escucharla soltar el mismo discurso de siempre para intentar convencerme de que hiciera algo. Sabía que tenía buenas intenciones y agradecía eso pero, la verdad, es que estos últimos días mi ánimo no era el mejor para andar metida en fiestas. Simplemente prefería estar tranquila en casa viendo los Simpson, sin tener que pretender estar bien para no preocupar a mis amigos. — Ambas sabemos que te vas a divertir de todos modos en la fiesta de cumpleaños de SeungHoon. No me necesitas ahí, así que...

— ¡No te atrevas a cortarme, desgraciada! ¡Esta conversación aún no termina!

— ¡Oh, claro que ya terminó, my love! ¡Adiós, que te lo pases bien! — me despedí escuchando perfectamente sus gritos y amenazas físicas a mi persona si llegaba a cortar la llamada.

— ¡YAH, N...!

Ignore sus agudos gritos y presioné el botón de color rojo sonriendo suavemente. Me volví a acomodar en mi lecho y lance mi teléfono con descuido junto a mí.

Pasaron los minutos y mis parpados comenzaron a sentirse pesados, por lo que, me acurruque contra mi almohada preparada para dejar que Morfeo hiciera lo suyo cuando, mi móvil, comenzó a vibrar y sonar otra vez, logrando sobresaltarme un poco. Gruñí y, con los ojos entrecerrados, tome el aparato que ahora me parecía la cosa más molesta sobre la faz de la tierra por no dejarme dormir.

Mi estómago sufrió un espasmo y mi corazón se alteró con solo leer el nombre que brillaba en la pantalla, ya que, de todas las personas que conocía, realmente no me esperaba que fuera él quien me estuviera llamando.

Me senté inmediatamente sobre el mullido colchón, peinando mi cabello hacia atrás con algo de brusquedad y, humedecí mis labios con lentitud, sin despegar la vista de mi IPhone, protegido con una linda carcasa con la imagen de un adorable perrito.

Fruncí los labios con enojo al percatarme de mi propia reacción y, me recrimine a mí misma por emocionarme por una simple llamada que en realidad, podía significar... nada.

Porque, tras dos años y medio de relación, Mark decidió de la noche a la mañana que lo mejor para ambos sería seguir caminos separados y yo, como una boba con el corazón roto, acepte. Porque me parecía mejor dejar todo hasta ahí, que rogarle para que permaneciera a mi lado por nada más que compasión y que finalmente, terminemos siendo los dos infelices dentro de una relación unilateral.