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Eran cerca de las siete y media de la noche. La chica se encontraba en su habitación junto a su prima, ya que le ayudaba a prepararse para su primera cita.

—Cuéntame más, ¿es tu novio? —sonrió con picardía la mayor—.

—Emm...no, solamente saldremos como amigos —rió nerviosa—.

—Admítelo, te gusta —comenzó a cepillar el cabello de la chica—.

—Es lindo, eso no te lo negaré.

—Habla más, idiota —rió—.

—Podría decir que si me atrae pero... —hizo una pausa y su prima le obligó a continuar—. No creo que yo sea lo mejor para él y... —fue interrumpida por un golpe en su cabeza con el cepillo—. ¡Auch!.

—No seas estúpida, si fuera así ese chico no vendría por ti para ir al cine.

Lo que la mayor no sabía era que su querida prima estaba hablando de tener una cita con su acosador. Era más que claro que él la quería.
Pero, ¿acaso se vería bien que la presa se enamorara de su cazador? No, pero eso sucedía.

La castaña comenzaba a tener sentimientos, sin saberlo, por aquel chico que le acosaba.
Al principio solamente le escribía cartas ya que él se veía solitario y ella quería sacarle una sonrisa.

El timbre de la casa sonó y la mayor, en un momento de nerviosismo -ya que la menor aún no estaba lista-, jaló el cabello corto de la castaña con el cepillo. El estirón fue tan fuerte que la pobre chica inclinó su cabeza hacia atrás de forma inconsciente, proporcionándome un golpe con la recargadera de la silla en la que estaba.

Un fuerte quejido de dolor se escapó de su boca, el cual fue escuchado hasta donde se encontraba el chico.
El castaño frunció el ceño confundido al saber que se trataba de su chica, estaba por entrar a la casa tirando la puerta pero alguien le abrió; era la prima de la chica.

—Discúlpanos un segundo, mi prima termina de arreglarse —se hizo a un lado de la puerta—. Pasa.

—Esperaré aquí —se encogió de hombros mirando hacia otro lado—.

—Como quieras.

Mientras tanto, la castaña de cabello corto se encontraba sentada en su cama tocando la zona de su golpe.
Buscó con su mirada algunos zapatos para ponerse, aunque no tenía ningún par bonito, hizo un esfuerzo.

Su mirada finalmente se centró en una esquina de su habitación, justamente donde se encontraban sus tenis favoritos. Sonrió y caminó hacia estos para ponérselos.

Tenía una ventaja, aquellos tenis eran de color negro con detalles claros y combinaban perfectamente con su vestuario.

Llevaba una blusa de manga larga de color negro; una falda que le llegaba un poco arriba de las rodillas, su color iniciaba en el negro y degradaba hasta el gris; medias que llegaban por debajo de su rodilla de color negro; un collar de cristal de color morado; y claro, los tenis que estaba poniéndose.

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Decidí dividir la cita en tres partes porque es mucho texto xd

¿Les está gustando la historia? ^^

Lamentablemente estamos cada vez más cerca del final
<(゜ロ゜;)>

El Chico De La G ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora