Me encontraba en el sofa de la sala, mirando la televisión como acostumbro cuando no tengo nada mejor que hacer, pero como tampoco había nada que ver preferí apagarlo y quedarme ahí en medio de la oscuridad, en completo silencio, tratando de poner punto final a los pensamientos que últimamente daban vueltas en mi cabeza, cerré los ojos y sólo oía el incesable cantar de los grillos, me sentía tan relajado, sentía una tranquilidad que no sentía hace mucho gracias al estrés y mis preocupaciones.
De pronto escuché el abrir de una puerta, empezó a sentir pasos, cada vez más cerca de mi.Al voltear note que era Jean, se había levantado par ir a la cocina y beber un poco de agua, al parecer no se había percatado de mi presencia, cuando lo vi caminar hacia las escaleras pensé que sería divertido darle un susto.
Así que cuando se disponía a subir las escaleras aun con vaso en mano, susurre su nombre.
-Jean... Dije mientras agachaba mi cabeza para que el respaldo del sofá me cubriera.
Jean volteó y empezó a analizar la habitación a oscuras tratando de ver si alguien se encontraba presente.
-que pendejo, aun sigo dormido. Dijo mientras se frotaba los ojos.
Se dio la vuelta para continuar subiendo la escalera y quise repetirlo.
-Jean- grité esta vez mientras me abalanzaba sobre el.
-QUE MIERDAS!!! -Grito Jean mientras dejaba caer el vaso. -QUE DEMONIOS TE PASA WEON!?! ,PUDISTE MATARME DE UN SUSTO. Dijo mientras veía su cara más pálida de lo normal y con la respiración un poco agitada.
-Eso es lo que pretendía y creo que casi lo logro- dije en tono burlón.
-Me las pagarás marica-, dijo mientras se acercaba a mi.-Weon era una broma.- dije mientras retrocedía un poco.
La mirada de Jean se tornaba sería, muy seria.
-Mierda Jean!!! Era una maldita broma!!! Dije mientras sentía como mi espalda chocaba contra la pared.
Los brazos de Jean se extendieron, hasta tocar la pared acorralandome entre ellos.
-Marica por favor!.- dije mientras intentaba liberarme de ellos,- no aguantas ni una broma?
-Que tu no aguantas ni una broma tampoco? -dijo mientras soltaba una leve sonrisa.
-Marica me has... Dije mientras sentía como uno de los dedos de Jean me impedía decir palabra.su mirada había cambiado, esta vez estaban viendo mis labios, sentí como Jean empezó a jugar con ellos. Yo me sentía un tanto incómodo, hasta el punto de ruborizarme.
Sentía su mirada, esos ojos negro viéndome sólo a mi, mientras yo veía su perfecta perfección, ese pelo negro y despeinado que caía sobre su cara, esos labios gruesos color carmín y su piel pálida.
-Jean que haces? Dije mientras apartaba sus dedos de mis labios, demasiado nervioso y sorprendido por lo que estaba pasando.
-Siempre eh pensado que tienes unos lindos labios weon.- dijo mientras seguía mirandolos y esta vez acercandose peligrosamente hacia mi.
-Jea... intente decir mientras los labios de Jean me interrumpian.
Sus labios y los míos se unieron en un cálido beso, algo corto pero demasiado tierno.
-Porque lo has echo? Dije un poco confundido.
-te a gustado? Dijo mientras me miraba directamente a los ojos.
No respondí, sólo me acerqué de nuevo a el para rozar mis labios a los suyos, el me besaba de una manera tan tierna, sus manos se habían posicionado en mi cintura, y las mías alrededor de su cuello, tratando de que ese beso durará lo más posible.
Jean empezó a dar pasos hacia atrás y me pegaba a su cuerpo, dimos vuelta para hacer que yo cayera recostado al sofá y el encima de mi. El beso continuaba, había pasado de ser un beso tierno a uno un poco más pasional. Jean se puso de pie y me quitó la remera. Se inclinó para volver a el beso mientras metía sus manos bajo mi buso, la empezó a levantar con mucha delicadeza hasta despojarme de el.
Su abdomen y el mío se encontraban desnudos, rosandose de una manera que me hacía erisar la piel. Bajo sus labios a mi cuello, sentía la calidez de cada beso.
-Je..an.- dije mientras soltaba un pequeño gemido.
Jean seguía besando mi cuello, bajo hasta besar mi pecho. Se puso nuevamente de pie para quitarse el pans y quitarme el mío.
Me miró a los ojos de una manera tan tierna.
-quieres que lo haga?.- me murmuró al oido.
-sólo si tu estas de acuerdo!.- dije con la voz demasiado agitada.
Jean me puso de pie, me tomó por la cintura y continuo besandome. En ese momento sentí algo indescriptible, éramos dos almas amandose, dos cuerpos desnudos enmedio de la oscuridad.
Me tumbó sobre el sofá posicionandose nuevamente sobre mi, sintiendo cada centímetro de su piel desnuda sobre la mía.
El calor del momento aumentaba con cada beso, cada caricia que recibía de el.
Sus labios se acercaron lentamente a mi oído...
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Sin tu sonrisa (Liean) 💖
Fanfictionun amor que se creía imposible, una amistad o algo más.