Parte Única

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『2 de Enero de 1945, en Japón: -marco de la Segunda Guerra Mundial- aviones estadounidenses, británicos y portugueses atacan Taiwán y Okinawa』

Japón, junto con algunos compatriotas japoneses, dejó su tierra para dirigirse a Argentina, lugar el cuál él creyó podría refugiarse y buscar un hogar nuevo para sus compatriotas que no eran parte de la guerra.

El joven rubio aceptó gustosamente a los recién llegados y estuvieron ocultos durante 2 meses...

『27 de marzo: Argentina declara la guerra a la Alemania nazi y a Japón expulsando a los alemanes y japoneses del país, pero nunca participaría militarmente』

Después de que los jefes de Argentina declararán la guerra a la Alemania Nazi y a los japoneses, el rubio tuvo que expulsar al japonés -con mucha pena- de su territorio. Japón, junto con sus compatriotas, huyeron al país vecino, Chile, a buscar nuevamente refugio.

El joven castaño aceptó gustosamente que el japonés se quedara en su país y acogió a su gente dentro de su territorio.

『12 de abril: en Chile, el Gobierno afirma que se une a los aliados, pero únicamente le declara la guerra a Japón (aunque nunca entrará en combate).

Otra vez Japón tuvo que irse de un refugio, a causa de los problemas que habían causado sus jefes. Sus opciones fueron limitadas, pues la mayoría de los sudamericanos le había declarado la guerra. Se le ocurrió ir a Perú, pero sabía que los jefes de este país también le había declarado la guerra el 12 de Febrero de ese mismo año.

Igualmente fué, pues, el joven azabache iba a recibirlo de todas maneras.

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Un joven azabache, vestido con vestimenta casual, esperaba sentado tranquilamente en el Aeropuerto Internacional de Limatambo* en el actual San Isidro. Esperaba a un amigo suyo, que hacía ya años que no lo veía. Si, se trataba de Japón, el país que formaba parte del Eje en la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de que sus jefes le habían declarado la guerra a todos los países que conformaba el eje, Perú -como individuo- aceptó ayudar al japonés que trababa de ocultarse por un tiempo y alejarse de todo lo que era guerra.

En su mano, se encontraba tickets con destino a Cuzco, en donde podría esconder al japonés por un tiempo. No tenía otra idea aparte de esa, no le había contado a su jefe sobre lo que estaba haciendo y no planeaba contarle a ninguno de los latinos. Estaba solo en esto. Bueno, al menos iba a estar con Japón todo el tiempo que el contrario necesitase.

Y lo vió llegar. Estaba bien vestido, con una camisa y pantalón negro, llevaba una mochila de viajero en su espalda (lo cuál parecía ridículo junto con lo que traía puesto) y en su mano tenía una pequeña jaula en donde estaba su fiel mascota Pochi.

-¿Trajiste a tu perro? -Perú se acercó al contrario, caminando lento y con las manos a sus bolsillos.

-Gomen'nasai, pero no podía dejarlo en mi tierra. No había nadie que se preocupara por él. -el peruano suspiró ante la respuesta del más bajo, la presencia de la palabra japonesa que acababa de usar lo alarmó.

-Por favor, mientras que estés aquí, trata de no expresarte tanto en japonés... -miró a todos lados y se acercó para susurrarle- Aquí son xenofobicos.

Promise 🌺 Japan/PerúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora