HOUSE OF CARDS

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"Una casa hecha de cartas, y nosotros dentro de ella

Incluso si dices que ves el final, incluso si dices que colapsará pronto

Una casa hecha de cartas, y estúpidamente, nosotros

Incluso si dices que es un sueño inútil, mantente sólo un poco más así."


                                                                          [Antes]

Nae-dong, Daegu, Corea del Sur.

Taehyung había pasado tanto tiempo en la Capital del país que en el momento que bajó del avión y comenzó el viaje a uno de los puntos para visitar a un socio del trabajo a quien tenía que compartirle cierta información, se sintió fuera de lugar.

Estaba acostumbrado a los rascacielos, a la tecnología, a la rapidez, al ruido y a la limpieza, a la forma artificial en que las personas parecían andar últimamente que cuando dio una ojeada a Daegu se sintió como si hubiera viajado en el tiempo. No es que el centro de la ciudad, por lo que sabía, estuviera tan atrasado pero realmente en aquel distrito donde el campo llenaba toda su visión, era como haber viajado cuarenta años atrás. Y más aún, él sentía que el lugar le era conocido pero no podía sentir la familiaridad de antaño. Sabía perfectamente que cuando niño él mismo se había encontrado corriendo por los campos, ayudando a sus abuelos y con las manos sucias, pero hoy por hoy siempre estaba concentrado en otras cosas. Había tenido la suerte de poder desarrollar la habilidad de computación y diseño de armas desde bastante joven, y para los diez años ya un hombre trajeado de alguna forma había escuchado de él para llevarlo a Seúl, donde siguió estudiando.

Daegu ya no se sentía tan su hogar como lo fue alguna vez, pero no por eso no pidió al conductor que lo dejara a la entrada de la villa donde debía visitar al socio (un lugar bastante exótico desde el punto de vista actual) porque prefería poder caminar por el sendero de tierra y echar un vistazo a la gente, a las casas y al entorno. Además, un poco de aire fresco no le venía nada mal porque el artificial de la ciudad podía volverse tedioso después de un tiempo y en cuanto comenzó a caminar agradeció el olor a tierra mojada, a las verduras y simplemente aquella sensación de vida.

Podía notar que al pasar la gente se le quedaba viendo, los campesinos, con sus gorros de paja cubriéndole las cabezas y las manos manchadas de tierra. Le veían con curiosidad y claramente sabían de dónde venía, la ropa lo delataba; con sus jeans skinny, su camiseta de un diseño diferente y las gafas de sol. Era una ropa considerada casual pero si lo comparaba con los pantalones sucios de los demás, las camisas llenas de tierra, los guantes, las botas de trabajo y los delantales, pues él tenía el último diseño de la temporada. Aunque observando mejor encontró aquella semejanza que jamás se podría quitar de encima y es que su tono de piel era parecido al de aquellos que se encontraban bajo el sol.

Es cierto que hoy en día Taehyung se encargaba de cuidarse pero el tono que había conseguido tras los primeros años de su vida sin ninguna clase de protección ya no podría quitarlo.

Seguía siendo moreno si lo comparaban con la gente de Seúl.

Continuó caminando, atravesando los campos y observando el cielo despejado a pesar de que tenía esa ligera capa de contaminación que les seguía a toda parte, se había pegado ya por completo a su atmosfera, pero realmente era diferente a la que se encontraba en la propia Capital. Ahí al menos no tenía que andar con mascarilla casi todos los días por pre-emergencia ambiental. Entre tanto, si miraba más lejos podía divisar la casa que necesitaba y estaba a punto de dirigirse derechamente hacía ahí hasta que su visión se encontró con una figura que antes (en el campo) no había distinguido, estaba seguro que habría resaltado entre todas las figuras más ancianas.

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