3. Cuidando del omega

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Steve mantuvo a Tony en brazos por lo que le pareció una eternidad, el deseo de tomar al omega ardía en su sistema, pero la promesa que había hecho a los padres Stark pesaba más. Así que solo se limitó a acariciar a Tony para calmarlo e hizo uso de su voz alfa cuando su amigo se ponía ansioso de nuevo.

Howard no tardó mucho tiempo en llegar y se mantuvo por fuera de la entrada al departamento en cuanto abrió la puerta.

—Steve —dijo con dureza el alfa Stark—, deja a Tony en el sofá y ven aquí.

Un gruñido bajo escapó de su garganta. Estaba consciente de que todo el apartamento estaba impregnado por su aroma territorial. La distancia de Howard le mostraba que no quería irrumpir en su espacio por lo que se obligó a dejar a un lado su instinto y obedecer al que había sido su tutor durante todo ese tiempo.

Steve se levantó con Tony en brazos, lo depositó en el sofá con suavidad y antes de que pudiera soltarlo, su amigo se aferró de nuevo a su cuello.

—No podré hacerlo —gimoteó Tony sobre su cuello—, no puedo hacerlo sin ti.

—Sí puedes —volvió a hablar Howard en el mismo tono grave—, Tony, suelta a Steve y dirígete a la bañera con supresores.

El omega se apretó más a su cuello, temblando con violencia. El miedo que despidió Tony al escuchar a su padre era casi palpable, una reacción muy distinta a la que tenía con él. El efecto de su voz alfa en su amigo era de completa sumisión, en cambio, con la voz de su padre era de total terror.

Steve volvió a levantarlo en brazos y se dirigió a la habitación donde estaba la bañera especial para Tony.

— ¡Steve, suéltalo! —Gritó Howard entrando al apartamento y expulsando sus feromonas.

—Lárgate de aquí —siseó sin detenerse—, no sé qué le hayas hecho a Tony, pero lo único que él siente contigo es miedo.

Por el rabillo del ojo vio a Howard congelarse.

Se apresuró para entrar al baño y desvestir al omega a toda prisa, en cuanto estuvo desnudo, su amigo, volvió a colgarse de él frotándose con descaro mientras Steve se estiraba y abría las llaves de la bañera de donde brotó un líquido verdoso con apariencia radioactiva.

Las caricias y gemidos de Tony eran bastante abrumadores haciendo que no pudiera resistirse más y corresponder a los apasionados besos en lo que la bañera se llenaba.    

Hurgó en ese delgado cuerpo sin pudor, arrasó con todo lo que pudo en ese corto tiempo, inclusive palpó un poco la goteante entrada que se estremecía bajo su toque

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Hurgó en ese delgado cuerpo sin pudor, arrasó con todo lo que pudo en ese corto tiempo, inclusive palpó un poco la goteante entrada que se estremecía bajo su toque. El aroma que expulsaba su amigo, la suavidad de ese cuerpo lo hacía querer tomarlo en ese momento.

Las manos de Tony volaron a sus pantalones y antes de que pudiera dejar su erección expuesta, volvió a levantarlo para colocarlo dentro de la bañera que ya estaba casi llena. Su amigo se estremeció quejándose, Steve tocó la fórmula y se percató de que estaba helada, una muy buena temperatura para calmar el fuego de Tony.

Siempre fui tuyo (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora