Skyller tomó un sorbo más de su chocolate y se reincorporó en el gran sofá blanco en el que estaba sentada.
Sus pero por décima primera vez, había pasado una semana desde que estaba en Los Ángeles y no podía salir de la gran casa en la que se encontraba. Había recibido una fuerte regaño de su padre por la fotos que tomaron los paparazzis el día que le obsequió los celulares a Marie y Justin.
La seguridad había aumentado mucho más, en cada rincón de la casa había cámaras y hombres de seguridad e incluso afuera siempre habían más de tres camionetas policiales pendiente de cada movimiento.
Colocó de un lado su bebida y salió de su habitación mirando sus perfecta pedicure hecha por un profesional.
—¿Dónde está Justin? —preguntó a uno de los hombres que se encontraban afuera de su habitación.
—En el gimnasio, señorita —respondió.
Skyller asintió e hizo su camino hacia el gimnasio que se encontraba en la casa. Sacó su teléfono celular que llevaba en bolsillo de su pantalón corto y se adentró en su red social favorita sin dejar de caminar.
Sus ojos se iluminaron al ver que su guardaespaldas favorito había subido una foto en el espejo del gimnasio, no dudo en regalarle un corazón. La causaba un poco de gracia el hecho que hace una semana le había dicho que no tenía tiempo para estar metido en una aplicación y desde que ella le regalo el teléfono y creó la cuenta de instagram aparentemente sé convierto en su aplicación favorita, no había día que no subiera una foto.
Bloqueó su teléfono celular y cruzo los brazos bajo su pecho al mismo tiempo que se recostaba del arco de la puerta del gimnasio para observar a Justin, quién se encontraba con sus auriculares puesto mientras trabajaba sus brazos.
Skyller se mordió el labio inferior al observar las gotas rodar por su cuerpo lentamente, deseó ser una de ellas.
Ese hombre la volvía loca y no iba a parar hasta que lo hiciera suyo.
—¿Desea que le traiga una ropa deportiva, señorita? —preguntó, una de las señoras de servicio. Eso hizo que Justin parara su entrenamiento y se girará a verla.
—No —respondió sin quitar la mirada de Justin.
—La señorita Marie acaba de llegar.
—Ya me encuentro con ella, dejanos solos —ordenó.
—¿Todo bien? —preguntó Justin, cuando ella llegó a su lado.
—Ahora que te veo, si —se lo comió con la mirada.
Justin rodó los ojos.
—¿Por qué haces todo tan difícil? —tomó las manos de Justin y las colocó en su cintura— Se que también quieres.
—No te comportes de esa manera —reprochó.
—Vamos Justin —susurró, rozando sus labios— Me encanta cuando te colocas serio, me entran ganas de bajarte el pantalón y follarte.
Justin tragó saliva por el atrevimiento de esta chica.
—No digas esas cosas, Skyller.
Skyller sonrió y se alejó un poco. Retiró su camisa y bajo lentamente su short quedando así, sólo con su ropa interior costosa.
—¿Qué haces? —la voz de Justin tembló.
La chica tomó sus manos y las colocó a cada lado de su costado, subiéndolas y bajándolas lentamente.
—Esto te gustará —lo besó.
Justin estaba como en un clase de hipnotización erótica. Sus manos dejaron la cintura de Skyller y bajaron hasta sus firmes nalgas, las acarició por un momento y luego procedió a empujarlas hacia arriba haciendo que Skyller enrollara sus piernas al rededor de él.
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"Minder" (Justin Bieber)
Fanfiction"Haré que te enamores de mí, Justin. Y ojalá que cuando eso pase no sea muy tarde para ti"