—Nombre. —Ámbar Smith. —Edad. —21 años. —Número de identificación. —3278. —Su próxima misión es encontrar al criminal más famoso de toda América. —¿Quién?—pregunté nerviosa. —Simón Alvarez. Me quedé petrificada. Sería una gran oportunidad para vengarme por lo que el muy maldito había hecho. —En nombre de mis padres y de la agencia que lo haré.—afirmé. —Perfecto, irás con tu misma identidad, estudiaste en una universidad de tu ciudad, estudiaste fotografía. —Si, señor.
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—Ámbar, cuídate. Es uno de los más grandes criminales. —Estaré bien Pedro.—sonreí y lo abracé. Llevaba todo mi equipo conmigo, armas, uniformes, ropa para entrar en cubierto, todo. Salí por la puerta de la agencia, donde una camioneta me esperaba, ya sabíamos cómo iba a entrar en acción. Alvarez estaría en una reunión con sus cómplices en una cafetería. Yo me levantaría en el momento que el lo haría, chocaría con él y todo el café se regaría en ambos. Me subí a la camioneta, la cual me llevó hasta un departamento en el cual estaría durmiendo las semanas que estuviera en acción. Solo rezaba para que todo saliera bien, pero como siempre, eso no pasó. A medio camino, una gran camioneta nos chocó, y dispararon al conductor. Reaccioné, saque una pistola y salí del vehículo que ahora estaba totalmente destrozado. Dispare a unos cuantos hombres, sentí una presencia a mis espaldas, me volteé y lo único que vi fue la cara de Alvarez. ¿Lo que escuché? Un seco: "Métanla en la cajuela". Sabía que era mi fin. O eso pensaba.
