13.- El atardecer

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Lo que pasó en esa ocasión no fue nada en realidad, no concluyeron ningún acto, pero Naruto aún guardaba algo de rencor por esa situación, fue tan ciego, tan inocente y algo tonto por no percatarse de las intensiones de Shin, sin duda fue duro recordar aquello sin apretar los puños, además, la pequeña libreta de dibujos que ahora mismo estaba junto suyo, era el más pesado recuerdo de esa historia.

La luz solar creó arreboles en el paisaje, ya era algo tarde, seguro su madre estaría echando lumbre por su tardanza, pero bueno, no podía llegar a casa hecho un lío sin que sus papás lo notaran. No llegó a ninguna conclusión, al menos no nueva. Shin y Sai fueron personas que marcaron su corta vida, fueron quienes quisiera aceptarlo o no, aquellos que le hicieron darse cuenta de sus preferencias y no lo juzgaron, a pesar de los malos ratos, jamás lo juzgaron, al contrario, le apoyaron de alguna forma y aunque fue breve, se sintió completamente normal y feliz de ser como era libremente, en confianza y plenitud.

Retomando a lo del fastidioso Suigetsu, no le respondería nada, simplemente le contestaría como a todos los demás, "no estoy interesado en esas cosas, deveras" . Trataría de no ver tanto a ese presumido de Sasuke y bueno, dejaría de nuevo en el olvido a los hermanos.

-Quizás soy muy obvio, se nota que ese tonto me molesta y no le pierdo a veces de vista, -mirando al horizonte donde había una avenida, carros transitando, casas y hasta el fondo un par de montañas que ocultarían al sol, meditaba en voz alta - lo mejor será continuar como si nada y preguntar en el grupo si ya están inscritos al torneo de fútbol.

Guardando sus cosas y luego sacudiendo con violencia su cabeza, el rubio puso al hombro su mochila y cuando su caminata inició hacía la avenida grande vió del otro lado, en una esquina un ente que caminaba a paso lento, con algo de pesar, y tristeza...mucha tristeza. Eso parece difícil de percibir a la distancia pero, algo dentro del ojiazul le decía que esos eran los sentimientos de aquella persona, sin duda era interesante como mucha gente puede estar tan triste en los mismos momentos, Naruto conocía su propia pena, ese chico, ¿qué guardaría?.

El sujeto en cuestión llegó a otro lado del cruce y el semáforo le permitió al rubio ser ahora él quién cruzara. Pensaba en la sensación de empatía que le produjo el tipo de la calle, y por mera curiosidad volteó para ver su rostro, quizás sus ojos guardaban más secretos, quién sabe, a lo mejor era algún conocido.

De forma indiscreta, como era típico en él, volteo, sólo para darse cuenta de los rasgos estéticos del chico, que traía el pelo negro, largo, con mirada oscura, piel muy blanca y una expresión seria, sin querer se tropezó con un desnivel de la avenida y un claxon le hizo brincar tras varios segundos de estar detenido a media avenida mirando al otro transeúnte.

-¡¡MUÉVETE NIÑO!! -gritó molesto un señor desde un automóvil azul eléctrico del año de la canica.

-¡¡Aaah!!, ¿pero que le pasa?..¡¡pudo atropellarme por su descuido!! -molesto el chico le contesto igualmente con gritos agitando su puño.

-¡¡Mocoso la luz está en verde para mí, tú eres el imprudente que cruza sin fijarse!! -ya más relajado, pero igual a gritos el señor reclama y toca su claxon repetidas veces provocando que el chico mire el semáforo, se percate de su error y algo apenado corra al otro lado de la calle principal haciendo reverencias en señal de disculpa.

-Vaya espectáculo -susurró con una leve sonrisa el pelinegro quién había notado la mirada curiosa del chico con cara de gato y visto su show a media calle. Ambos continuaron su camino, pero en direcciones opuestas.

Llegando a casa el regaño de Kushina no se hizo esperar, bueno, fue su culpa de todas formas, llegar tarde sin avisar, demás, de alguna forma, cada regaño de su madre, tras unos minutos le causaba cierto alivio, e iba hacía ella para darle un fuerte abrazo, por alguna razón sentía que esos regaños eran de lo más valiosos, que eran cosas que no cualquier chico podía tener, digo, no todos tienen a sus padres con ellos y se preocupan tanto por ellos...se sentía muy afortunado, pero no entendí bien el porque.

Tras un par de horas, llegó su papá y bajó a cenar con ambos, platicaron sobre cómo les fue a cada uno en su día y Naruto lavó todos los trastes sucios como castigo por llegar tarde, lo gracioso es que no lo hizo sólo, ya que su padre también lo tuvo que hacer debido a la misma razón...llegó tarde sin avisar.

Al fin hora de dormir, poniéndose la pijama ansiaba descansar de un día agotador y abandonar los pensamientos incómodos.


-Naruto...tú...no sabes nada de los vínculos...de qué significa perderlos... porque... ¡¡tú has estado sólo desde el principio!! -gritando con dolor y desesperación, esas crueles palabras tenían la intensión de herirlo, de echar en cara su soledad y ausencia de un lazo, o eso planeaba el chico pelinegro, pero, en realidad, era el reflejo de su propia angustia a tener un vínculo especial y no del tipo familiar.

El cielo estaba invadido por nubes grises, una llovizna les empapaba a cada minuto, el ruido del agua cayendo era casi un susurro que trataba de darles apoyo a dos personas destrozadas por ausencias, mentiras y un mundo demasiado cruel para dejarles continuar con una fuerte unión que iba mucho más allá del entendimiento, una comprensión tan grande que les asustaba a ambos, era más fuerte que ellos y que las desgracias, el dolor les unía y el destino conspiró para juntarlos, pero, de una u otra manera siempre fue rota esa historia, siempre hubo alguien o algo que impidió una verdadera paz para ellos, algo no les dejaba conocer la felicidad de sentir comprensión real, y apoyo incondicional, a veces era el entorno, a veces la gente, y peor aún, a veces ellos mismos pusieron barreras y callaron aquello que por derecho divino les era otorgado pero a la vez prohibido.

Una presión en el pecho de Naruto crecía, la visión nublada y el nudo en la garganta no impidieron que tranquilo, como no es su costumbre, sonriera resignado al final...y expresara tan sincero su sentir:

-No lo sé, pero, cuando estoy contigo imagino que así es lo más cercano a tener un...-ganas de llorar por saber que sería la despedida al concluir su respuesta, invadieron su pensamiento, todo se hizo negro, se estaba distorsionando y finalmente, mirando los profundos ojos del otro cayó dormido...en ese sueño, que de regreso a la realidad equivalía a despertar.


Así conocí a mi primer amor || EN CURSO 2023 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora