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El mundo del primer día.
Da un suspiro antes de entrar al nuevo instituto, necesita tranquilizarse o se volvería realmente loca. No entiende porque se siente de esta manera, todos los años es lo mismo para ella. Cada año nuevos amigos, nuevas casas, nuevos vecinos y vecindarios, nuevos colegios e incluso nuevos crushes y todo eso es gracias al trabajo de su papá. Quita ese pensamiento de su mente y decide entrar una vez por todas.
«Rayos, creo que debí haber llegado un poco más temprano» menciona ella misma en sus pensamientos.
Hay demasiadas personas en el pasillo principal del instituto, puede ver a las porristas y al equipo de lacrosse, también puede ver a algunos chicos sacando cosas de sus casilleros apurados, parejitas robándose besitos y a chicas chismeando de cualquier cosa. Incluso puede observar a unos chicos entrando a la bodega del conserje.
«Tan temprano y ya andan calenturientos?» da una mueca de asco y continua caminando. Algunas personas se fijan en ella, otras la observan y cuchichean sobre su vestuario o su cabello, definitivamente la gente no era discreta hoy en día, pero sin embargo ignora todo eso; nunca le importó lo que dijeran de ella. Bueno, algunas veces si, pero era muy poco.
La castaña da un último suspiro y se da ánimos a si misma, porque realmente necesita preguntarle a alguien en donde se encuentra la dirección.
—¡Hola, soy Sadie Sink!— escucha que dicen detrás de ella, se da la vuelta y la observa.
De inmediatamente la autoestima de Brown se va al carajo. La chica es demasiado preciosa, ya que es pelirroja, ojos azules y tiene pecas en el rostro.
—Tu debes ser la chica nueva, ¿Millie Brown, verdad?—pregunta con entusiasmo y con una sonrisa en su rostro, algo que ella corresponde.
—Si, mucho gusto...— responde extendiéndole su mano para que la tome y así lo hace, después la suelta— ¿Me podrías decir donde se encuentra la dirección y después enseñarme los baños?— pregunta tratando de no sonar nerviosa.
—Claro, de hecho para eso me acerqué a ti...—responde con una sonrisa tímida.— Ven, es por aquí.— la guía por los pasillos, poco a poco la gente va entrando a distintas aulas.— ¿De donde vienes?— suelta de repente.
—Oh, bueno...— piensa un poco antes de hablar.— Soy de muchas partes realmente.— rasca su nuca un tanto pensativa.— El jefe de mi padre lo manda cada año a diferentes ciudades para ver que la empresa este en orden y esas cosas, mi papá es como su mano derecha o algo así tengo entendido.
