Prólogo.

20 1 0
                                    

Jimin;

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jimin;

Se obligó a no desviar la mirada del espejo frente a él cuando su reflejo comenzó a parecerse a su viejo yo, mejillas regordetas y lentes de pasta ridículamente gruesos, no podía evitar sentir la bilis subir por su garganta cuando su reflejo (ese viejo, yo) se comenzó a llenar de hematomas y su labio sangró, un jadeo se escapó de sus labios cuando creyó sentir el dolor en la mitad de su rostro cubierta de sangre, sus manos viajando a gran velocidad a la área herida solo para darse cuenta de que no había tal cosa como sangre ahí. Otra vez estaba perdiendo el control de su mente.

Sus ojos llenándose de lágrimas que él nunca dejaba salir, no podía ser débil de nuevo, no cuando le había costado tanto tiempo salir a flote antes.

Él no era el mismo, él no era débil y ningún estúpido lo lastimaría de nuevo. Se lo había jurado a él y a su padre. 

"Nunca más, Jimin, no dejes que nadie te haga sentir tan poco. No hagas lo mismo por culpa de nadie más"  

Las cicatrices en sus brazos de pronto parecieron arder bajo la manga de la sudadera que llevaba puesta, casi era como sentir de nuevo el dolor de las cortadas que el mismo se había hecho aquella noche. Casi tan real que sintió que no faltaban más que unos cuantos minutos para que muriera desangrado en la bañera en la casa de sus padres, aunque él ni siquiera estaba ahí.

No, no estaba ahí y sus marcas sólo eran un recuerdo constante de su estupidez y dolor pasado, nada estaba pasando ahora. Él estaba en su nuevo departamento, un precioso departamento de soltero en la mejor área de Seúl, un departamento que siempre quiso y en donde podía hacer o traer a quién quisiera.

Él ya no era un estúpido adolescente ingenuo, sin autoestima y manipulable. Se repitió. Él era un exitoso modelo, atractivo (precioso incluso, para algunos), seductor, sexy, terriblemente amable y sobretodo inteligente. No, no era un santo. Pero Jimin era la viva imagen de un ángel y sabía como usar eso a su favor. Aprendió de la peor manera que las buenas personas siempre perdían.

Y él no volvería a ser mirado por encima del hombro. Con eso en mente salio del baño, él estaba bien, todo lo estaba ahora.

🥀----🌹

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🥀----🌹

• Karma is a bitch • [Vminkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora