Complemento

Él y yo no somos perfectos.

Yo soy la mejor representación del egocentrismo y la irreverencia, no me gusta que me pongan limites y adoro hacer mi santa y sagrada voluntad. Él, en cambio, es la mejor representación de la humildad y de la rectitud, es alguien que respeta las reglas y las sigue a rajatabla, le encanta respetar las leyes que están establecidas, y se encarga de cumplirlas y hacerlas cumplir.

Él es fuerte, pero no del tipo físico, él es fuerte de forma emocional. se ha enfrentado a una exorbitante cantidad de problemas y ha sabido lograr, con suma astucia, salir bien parado de todos ellos, aunque no de las formas en que a mi me gustaría. En ese aspecto, yo me considero sumamente débil, pues suelo ceder de forma rápida y por más que lo intente, no puedo llegar a ser tan fuerte como él.

Él es valiente, se ha enfrentado a todo lo que la vida le ha puesto enfrente y ha salido victorioso en la mayoría de las ocasiones, si tiene que enfrentar algo, él siempre dará su cara y luchara hasta las ultimas consecuencias. Yo, soy malo en ese aspecto, suelo evadir la realidad sumergiéndome en Vicios y encerrandome en mi taller, no suelo enfrentar mis problemas, y en la mayoría de casos, suelo dejárselos a los demás, hasta que estos regresan a mi y me es imposible eludirlos.

Él es calor, es fuego, es pasión, cuando nuestros cuerpos nos exigen llegar más allá de lo moralmente aceptable, es él quien le da la chispa a nuestros encuentros, su toque es candente y experto, sus manos saben exactamente donde tocarme, su cuerpo sabe la fuerza y que puntos debe tocar para llevarme al cielo. Él conoce la forma de doblegarme y tenerme a sus pies solo con su cuerpo, es más, solo con el juego adecuado de palabras, él puede convertirme en su fiel esclavo. Él es todo esto, a diferencia de mi, que suelo ser un poco frío en ese aspecto, suelo equivocarme a menudo, por eso dejo que él sea la guía, porque él hace que todo sea mejor.

Él es inocencia, cuando nos dejamos llevar y la pasión se adueña de nuestros cuerpos, él es la inocencia y la pureza que a mi tanta falta me hace, adoro la impaciencia con la que sus manos inexpertas suelen tocarme y explorar a su antojo mi cuerpo, suele avergonzarse cuando cree que se ha equivocado, pero, de lo que quizás no se ha enterado, es de que siempre lo hace perfecto. Y es que más allá de tener el dominio y hacerlo mio en la oscuridad de cualquier habitación, lo que más amo de nuestros encuentros es ese detalle de él, ese color rojo que adorna sus pálidas mejillas, y la inocencia con la que suele mirarme cuando estamos juntos, una inocencia que se tiñe de amor y de pasión.

Él es seguridad y confianza, sin importar la ocasión, el sitio o el lugar o a donde quiera que vaya, él siempre mantiene su altivo porte de pavo real, deja huella a donde quiera que este y su presencia jamás puede ser ignorada. Es el centro de atracción en donde sea y las miradas suelen estar siempre fijas en él. No importa la situación, la vergüenza no es algo que este escrito en su vocabulario y no suele amedrentarse ante nadie. En ese sentido, somos todo lo contrario, a pesar de poseer un cuerpo "envidiable" en mi reflejo sigo viendo al mismo chico tímido, escuálido, enfermo, bajo de estatura y peso, y antisocial de Brooklyn, soy de los que prefiere pasar desapercibido en cualquier ocasión, no me siento seguro de mi mismo, suelo vacilar mucho en las cuestiones personales, y definitivamente, la vergüenza es una constante en mi vida.

Él es calma y prudencia, suele obrar con sumo cuidado y siempre se asegura de que todo este en orden para dar un paso, siempre vela por el bienestar de todos y analiza con detenimiento las posibles opciones, eligiendo, no la que le permita culminar algo mas rápido, sino aquella en la que nadie salga perjudicado. Yo soy imprudente e impaciente, actuó sin pensar la mayoría de las ocasiones, soy de lis que tropieza y toma experiencia a partir del error, soy sumamente descuidado y siempre suelo decantarme por la elección del camino mas fácil, y, en algunas oportunidades, he causado que varios se lastimen por mi impaciencia e imprudencia a la hora de actuar.