NARRACIÓN.
Shirabu y Goshiki llevaban saliendo al rededor de un mes y medio o un poco más. A pesar de ello había algo que les molestaba a ellos y les llamaba la atención a todos sus compañeros del club, nunca se habían tomado siquiera de las manos cuando estaban con su círculo íntimo, tampoco se habían dado su primer beso, ni se formalizaban como novios, parecían más como amigos muy cercanos más que novios, y ni siquiera llegaban a parecerse a los típicos "amigos con derecho".
Y cabe aclarar que eso era motivo más que suficiente para Tendō para poder "torturar" o "atormentar" a Kenjiro quien le juraba arrancarle la cabeza con sus propias manos.Y hablando de ese tema, ahora mismo el club de Voley del Shiratorizawa se encontraba en su entrenamiento de la tarde y como ya se le había hecho costumbre a Tendō desde que sus dos compañeros salían, molestar al setter de segundo año.
- ¡¿Sólo eso?! - pregunto con una muy exagerada sorpresa el pelirrojo.
Kenjiro lo observó de reojo y suspiro a la vez que tomaba el balón que con anterioridad estaba utilizando - Si, ¿Cuál es tu jodido problema? - como siempre Kenjiro y su lengua filosa que no se podían controlar a la hora de expresar su opinión.
- Ya llevan casi dos meses y ni siquiera un beso se han dado, pobrecito lo que debes estar sufriendo - dijo Satori pasando uno de sus brazos por los hombros de Shirabu quien lo miraba con enojo - Pero no te preocupes mi pequeño ShiraShira, el tío Tendō te ayudará a avanzar con tu enamorado - murmuró muy cerca de su oreja a lo que Kenjiro tuvo que contar millones de números para abstenerse de meterle una patada a su sempai.
Los gritos del colocador hacia su superior llamaron la atención de todos, pero principalmente la de Tsutomu quien observaba con cierto recelo la situación, no es que odiara a su superior de tercero, pero si le molestaba que le estuviera tan encima a Kenjiro, y más le hacía hervir la sangre saber que lo hacía todo el tiempo. Ciertamente no desconfiaba de su querido Shirabu, pero si un poco de Satori.
- Shirabu-san - se acercó la futura estrella del equipo al colocador interrumpiendo la situación y llamando la atención de más de uno en el gimnasio - ¿P-puede hoy quedarse después de hora para reforzar mi internamiento? - la voz de Goshiki sonaba temblorosa, la intensa mirada del pelirrojo lo intimidaba un poco, aún así lucho por verse firme ante su amado.
Satori soltó un silbido reposando su mano sobre el hombro izquierdo de Shirabu quien a su vez le dio un manotazo en aquella mano y camino hacia el menor - Claro, pero solo un rato. No quiero que regreses muy tarde a casa - aclaro lo último en un murmuró. Tsutomu asintió con firmeza y corrió ante el llamado de su capitán. El entrenamiento se daba por finalizado.
- "No quiero que regreses tarde a casa" - imito Tendō en tono burlón - Quien diría que a pesar de ser el mismísimo hijo del diablo también podías ser un dulce chico - le tomo una de sus mejillas estirando la - Me sorprendes ShiraShira - tomo su otra mejilla y empezó a estirarlas a ambas.
Cuando Goshiki noto nuevamente la situación en la que estaban sus sempais, en seguida se acercó a estos y carraspeando para llamar su atención Tsutomu hablo - Tendō-san, por favor deje en paz a Shirabu-san - la sonrisa de Satori se ensanchó totalmente divertido y soltó las mejillas del menor dejándolas adoloridas y coloradas.
- Lo siento ShiraShira - se disculpó aún con su sonrisa estampada en el los labios - Oh, ¡SemiSemi, aguarda ahí, te acompañaré a casa! - hablo cuando vio que el colocador de tercero pasaba por delante de sus ojos y aceleraba su andar para alejarse del más alto, aún así Satori se marchó detrás de su compañero dejando a los menores solos.
- ¿Esta bien Shirabu-san? - en ese momento Goshiki se preguntaba si podía tocar sus mejillas así como lo hacía su superior, pero más suavemente, pues había oído por ahí que las mejillas de los setter eran suavecitas y mullidas, pero temía que Kenjiro le gritará enojado.
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Beso bajo la lluvia / One-short [ShiraGoshi]
FanfictionShirabu y Goshiki llevaban saliendo al rededor de un mes y medio o dos meses, pero había algo que inquietaba a ambos lados, no tenían mucho avance. Desde que empezaron a salir lo más lejos que habían llegado era a pasar una tarde de frío invernal vi...