Cold coffee.

He's the one.

Andaba por la calle con parsimonia, buscando la misma cafetería de siempre entre la lluvia que caía continuamente sobre mi cara, empapándome sin piedad y haciéndome sentir incómoda con una ropa que se me pegaba al cuerpo. Llegué finalmente a mi destino y entré. La boca se me hizo agua con el olor a café recién hecho, a libros nuevos, libros viejos, llenos de polvo y apolillados por el tiempo. "Eso es lo que de verdad vale la pena en la vida" pensé. Me levanté para coger un libro cuando...

-Lo siento- murmuró un chico moreno de ojos verdes, francamente atractivo. Me había tirado todo el café por encima. Frío. ¡¿Quién toma café frío en pleno invierno?!
 Iba a insultarle cuando miré sus ojos, en los que había franco arrepentimiento y me enternecí. ¡¿Perdón?! ¿Me estoy enterneciendo por un chico? Ay, dios.

-No pasa nada- reí- de verdad, ha sido un fallo. Aparte, por mojarme un poco más de lo que estoy tampoco iba a passarme nada. Aparte, yo también debería haber mirado por dónde iba.

Esbocé una tranquila sonrisa y él asintió.

-Louis.

-Lynnette.

-¿Me dejas invitarte a un café, Lynnette?

Reí, sorprendida por su cortesía.

-Supongo que no pondré ninguna objección.

Y así, juntos, nos sentamos en una mesa y estuvimos un rato hablando.