Capitulo Cuatro: Primeras Órdenes

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El sol me daba directo en el rostro e iluminaba el de Dimitri de una manera increíble pero a pesar de todo eso él tenia en su poder el brazalete que me había regalado mi abuela, un objeto demasiado importante para mi persona.

-¿Qué es lo que realmente quieres Dimitri?-pregunto algo enfadada y con miedo, el cual trato de ocultar con todas mis fuerzas; el sonríe con ironía y me acaricia el rostro, de inmediato remuevo su mano del lugar con una palmada y el me mira directo a los ojos.

-Primero debes dejar de hacer eso si quieres tu brazalete de vuelta- dice y vuelve a mostrarme aquellos dientes suyos

Le miro con desaprobación, tomo una bocanada de aire y me preparo psicológicamente para escuchar lo que el quiere que haga

-Para que no pienses mal de mi, no te quiero como mi dama de compañía ni nada de esas cosas mal vistas hoy en día- sus palabras me tranquilizaron un poco-lo que necesito es que me ayudes a encontrar a mi hermano-¿Hermano? Si ese pariente suyo era igual de loco como el me negaría rotundamente a hacerlo- se que es loco que un completo extraño te pida algo como esto pero Elle tu eres la única que puede ayudarme a encontrar a Ludwig- en ese momento pude sentir como en un segundo mi corazón se detuvo y después volví a la vida, “Ludwig” así se llamaba aquel chico que me gustaba cuando estaba iniciando la secundaria, él estaba en octavo jugaba futbol americano y era el mariscal de campo según recuerdo; ahora que analizo la situación Ludwig y Dimitri se parecen mucho, ojos oscuros intensos, la misma sonrisa simpática y conquistadora ,en lo único que puedo decir que se diferencian es que Ludwig tenia un sexy lunar junto a su ojo izquierdo mientras que Dimitri no lo tiene.

-¿Elle?-dice tratando de captar de nuevo mi atención

-Perdona…si se trata de Ludwig-se me quebró un poco la voz- te ayudaré

Sus ojos brillaban podía ver esa alegría que lo invadía en milésimas de segundos, se  abalanzó sobre mi regalándome un fuerte abrazo, Dimitri repetía y repetía “gracias Elle, gracias” pude sentir en mi hombro desnudo una de sus lagrimas de felicidad y aquello me hizo sonreír cálidamente el tan solo saber que tal vez podía encontrar a aquel chico que me hacia desvelar y que alguna vez me ayudó con mis libros en la biblioteca me hacia la chica mas feliz del planeta.

Después de algunos minutos la fuerza del abrazo disminuyó y cuando me giré para verle la cara a Dimitri, estaba dormido, ¡Estaba dormido sobre mi!, no tenia mucha fuerza como para levantarlo y salir de allí o bueno al menos no tenia muchas ganas de irme, el verle de aquella manera me hacia recordar el rostro de su hermano, ya era definitivo para mi Dimitri no era Dimitri Fox Dresdner , era Ludwig Horst Dresdner; traté de girar mi cuerpo un poco y terminé tirando a Dimitri al suelo y después de todo el solo se aferro mas a mi como si fuese un almohada gigante, no hice nada ya era obvio que el no despertaría hasta después de unas horas antes traté de zafarme y ponerlo bajo techo.

Desesperada y cansada tanto por el sueño y por estar arrastrando por ahí a Dimitri, busqué algo con que protegerlo del sol que parecía que brillaría con mucha mas fuerza y estaría ansioso por quemar la piel de algunos individuos, giré y mis ojos se iluminaron había un solar en una esquina fui por el, lo abrí en donde Dimitri dormía cual bebé  lo puse de tal forma que no fuera a caer y darle un buen golpe en la cabeza.

-No sería tan malo dejarlo aquí durmiendo-me dije a mi misma sonriendo con malicia, aprovecharía la ocasión para vengarme de él de todas formas quien me secuestro fuel él y no sufriría tanto durmiendo bajo un solar, salí de allí como un rayo y pude ver como aun había personas en la casa, la fiesta terminaría a eso de las cinco de la mañana y no tenia energía para seguir bailando por ahí o conociendo gente y menos cuando me hacia pasar por la novia de Dim, bueno ahora que lo pienso ¿Porqué quiso que fuese su novia de mentiras? Podría ser que era una mejor forma de encubrirme y pasar desapercibida, decidí creer eso y no complicarme más la vida con ideas posiblemente erróneas y buscar en que habitación podría dormir en paz.

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