Engin Akyürek y tú: Seni Seviyorum

El primer contacto

Estambul tiene un aire diferente. Tiene un color que deseabas ver, un aroma que deseabas oler. Te quedaste pensando en eso hasta altas horas el día en que todo comenzó.
Decidiste emprender ese viaje con tus amigas. Tus tres mejores amigas. Las cuatro habíais visto Estambul en la ficción y os habíais enamorado de la ciudad. También os enamorasteis de los protagonistas de las series, pero eso era un secreto entre vosotras. Tener ídolos no hace daño.

Te costó cierto sacrificio ahorrar ese dinero. Sentiste que merecía la pena quitarte algunos caprichos. Desde que tu novio se fue con su secretaria, tu vida ha sido muy aburrida y accediste a viajar a Estambul para no hundirte.

Aprendiste algunas palabras en turco. Pero creías que solo hablarías con el guía turístico así que ibas confiada. Solo preparaste la cámara para hacer miles de fotos. Ni siquiera metiste pintalabios en tu maleta.

Al llegar al aeropuerto tomaste aire. En algunas series lo habías visto. Miraste a tu alrededor disfrutando del nuevo lugar. Estabas hambrienta y quisiste tomar algo en la cafetería. Tus amigas se fueron al hotel que estaba justo al lado.

Viste a un hombre solo. Llevaba gafas de sol y se tapaba como si se escondiese. Pensaste que tal vez se sentía mal. Fuiste a pedir a la barra y él se levantó también a pagar su cuenta.

Os tropezasteis. Él casi no veía de tanto ocultarse. Sentiste que su nariz y su barba te sonaban de algo. No le diste importancia. Le pediste perdón en inglés porque ya no recordabas como se decía en turco. Él respondió tímidamente y te dio la impresión de que ya le habías oído antes.

Te observó, parecía que esperaba que te sorprendieses al verle. No lo hiciste. Al parecer, eso le tranquilizó. Pidió algo más, ya no quería irse. Se sentó y te miraba desde su mesa.

Contigo delante se sintió anónimo. Obviamente se estaba ocultando porque es famoso. Soporta las masas de fans a diario. Ha hecho soñar a mujeres en todo el mundo. Pero te estaba mirando a ti, solamente a ti. Le sorprendió que aún a pesar de su disfraz no le reconocieses.

Tú estabas muy distraída, seguías pensando en tu vida. Aún no habías logrado empaparte de Estambul. «En cuanto me termine esto, me iré a pasear.» pensaste. Aún te daba la sensación de que seguías en España. Necesitabas verlo todo para notar el cambio.

Saliste de la cafetería y él, te siguió con la mirada. Le causó muchísima curiosidad tu presencia. No sabías si sería seguro pasear sin el guía, pero tomaste el riesgo. No sabías que el mismísimo Engin Akyürek estaba pendiente de ti.

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