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Santa Cecila un reino que a desde hace más de 100 años a sobrevivido un país que ha prosperado junto con los amables reyes, que en paz descancen.
Los reyes perdieron la vida en un viaje naval y el trono fue cedido al hijo unico de los reyes, Anthony Anix, pocas veces a salido del castillo por lo que no se sabe con centreza como es él.

Pero un dia se dio un anuncio, un hombre realmente pomposo montado en un caballo se detuvo en la plaza y en frente de todos extendió un papel.

"El rey esta buscando una prometida por lo que todas las doncellas solteronas deberán visitar en castillo y presentarse, id presentables y decidle todos sus gustos, y su nivel de inteligencia. La presentaciónde las doncellas será en 3 días a la hora que el sol este en su punto (12:00). Que tengan un buen día."

Para cuando me había dado cuenta todas las doncellas estaban en bibliotecas con tutores y demás cosas.

Pero yo no, no necesito a un hombre en mi vida, así es Elena Akkad no necesita un hombre, ya tengo la mayoría de edad (18) y soy completamente independiente además de haber sido entrenada por mi padre, el general del reino y aunque no tenga una figura materna las ancianas del reino fueron muy buenas en enseñarme a auto valerme sola, limpiar, cocinar, lavar, lo típico, ¿no? Al principio fui extraña entre todas las personas que me veían ya que mi piel es morena, no es que esté quemada por el solo me hayan pintado de este color así nací, poco a poco fueron conociéndome y me aceptaron.

Bueno continuando con la historia, las ancianas que me conocían no dejaban de insistirme que fuera, pero mi respuesta era no, no, no y no. A las afueras del reino es en donde entreno y lo que hoy estaba haciendo era esgrima uno tras otro atacaba a los maniquíes, me imaginaba en una situación de peligro, pero en uno de los momentos algo detuvo mi espada había chocado con otra era la de mi padre. -Hola hija, ¿Cómo estás? Por cierto, buen ataque- Me saludo, seguí atacando mientras tomábamos conversación. -Estoy bien padre, adivinare porque estás aquí. Las señoras te dijeron que vinieras a convencerme de ir a presentarme frente al rey- Decía mientras esquivaba uno de sus ataques y retrocedía -si así es, me han dicho que han hecho de todo para que vayas, pero por más insistencia no pudieron convencerte, deberías ir- Me dijo mientras se detenía y se alejaba.
-¿Por qué debería de ir? no es como si fuera interesante, además mi coeficiente intelectual es un término medio, no tengo habilidades soy una soldado completamente normal- concluí.
Mi padre se acercó a mí. - no es cierto tienes inteligencia militar eres estratégica y sabes tomar los problemas por los cuernos y tumbarlos, habilidades son todas aquellas que te eh enseñado y además sabes dibujar hermosos muros, todos al ver la obra que hiciste en la entrada de reino se quedaron asombrados, y eres una excelente ama de casa, pero sé que no te quieres casar por lo que solo ve con desinterés como lo haces con todo a lo que las ancianas te han obligado y creo que así no te considerara, me debo de ir hoy me llegan nuevos reclutas, te deseo mucha suerte- y se retiró.
Cuando volví a la mi casa me recibieron al menos 5 ancianas con ansías de saber la respuesta. Las mire a todas y con mi cara de decepción. -está bien iré a esa presentación. Todas dieron un salto y comenzaron a bailar de un lado al otro cantando y me abrazaron tan fuerte como podían. Al día siguiente comenzaron a darme clases de química y álgebra sin contar historia y ciencias naturales másde cinco exámenes realice para que estas viejas locas estuvieran contentas y me ponían vestidos hasta que llegue a mi limite -agh-. Suspire de enfado - acepte ir a la presentación solo porque me obligaron, pero una cosa es que tome todos los exámenes que ustedes me dieron y otra cosa es que cambien mi estilo de vestir estoy bien con pantalones largos ¡no me pondré vestido!- Las ancianas se entristecieron, pero tomaron de nuevo una posición firme y se reunieron entre todas, unos minutos después -está bien, pero utilizaras un corsét- dijieron. Razone las palabras que habian dicho -¿¡Un corsét?! Debe ser una broma?! ¡No puedo utilizar eso!. No eso no, primero se te pega a la piel después te lo aprietan hasta que casi se te salen los intestinos. estas ancianas están locas si creen que usaré uno- Pero de nuevo me miraron una se me acerca - lo entendemos sino quieres utilizar corsét ah... que desgracia no podremos morir en paz después de esto- Dijo una mientras soltaba una lagrima, otra de repente se tiró al piso las demás la sostuvieron -cof, cof no creo que dure así por mucho tiempo, ah- Suspiro -recuerdo esos tiempos donde eras tan pequeña nos seguías a todas partes a todas en el momento en que nos hacías caso, ¿cuándo eso cambio?- Las señoras del drama, no me queda de otra tendré que aceptar sus lágrimas de cocodrilo. -está bien llevare un corsét- dije rendida
- ¿Y maquillaje? Preguntaron. No tengo de otra, eso pense -está bien también maquillaje- dije desanimada, como diablos acepto de una u otra forma lo que me dicen - ¿vestido? Peguntaron de nuevo -vestido no ya lo dije utilizare unos pantalones largos y el corsét, pero solo eso y ya- dije cruzando los brazos. Las ancianas se miraron entre sí, estaban pensando la opción, suspiraron y me miraron de nuevo.-aceptamos los pantalones largos-
Ahora yo era la ganadora, no estaré tan incómoda después de todo.

Y el día llego en la mañana todas las mujeres solteronas se levantaron temprano se alistaron lo más rápido que podían y aunque estuvieran en un vestido esponjado y para nada fácil de moverse corrían a la velocidad que se los permitía su cuerpo. A diferencia de mí que en todo momento traté de moverme lentamente, aunque las ancianas técnicamente me vistieron, unas botas cafés que me llegaban a las rodillas unos pantalones largos verdoso oscuro y un corsét negro con rojo que pensé por un momento me sacaría las tripas y tomaron un caballo y cabalgaron hasta el palacio en frente de mi estaban todas las doncellas y yo era la última.

Piel morenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora