Parte Final

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El perfume cayó como lluvia a su alrededor, Jungkook cerró los ojos y frunció la nariz.

—Mamá, creo que es suficiente. Voy a graduarme, no ha que me huela todo el mundo. —Al hablar parte de la colonia entró en su boca, por lo que comenzó a toser.

—Tienes que estar perfecto. —La madre de Jungkook había quedado bajo el hombro de su hijo desde hacía un tiempo. El chico crecía cual árbol buscando el sol, así que ella tuvo que ponerse sobre las puntas de sus pies para acomodarle el cabello. Se veía pulcro peinado para el lado. En opinión de Kook, se veía como niño de iglesia. —¡Ya nos vamos!

El padre de Kook bajó las escaleras con una cámara en sus manos, Kook tuvo que contenerse de poner los ojos en blanco. Su familia estaba demasiado emocionada por la entrega de un mísero diploma.

Tomaron el carro para llegar a la escuela y notaron que había sido una mala idea tan pronto tuvieron que buscar un estacionamiento. Era un caos con bocinazos en todas direcciones, padres peleándose por un lugar mientras los hijos se reían en el puesto del copiloto. Jungkook no era la excepción. Se sentía feliz de una manera que no podía explicar.

Caminó en busca de sus compañeros una vez que sus padres se acomodaron en sus puestos designados, prometiendo volver con Jimin para tomarse un par de fotos. La sala junto al auditorio era un desastre más, rostros excitados se giraban en su dirección con saludos alegres; incluso aquellos que no eran sus amigos en los pasados años le brindaron sonrisas. Namjoon y Addy charlaban en un rincón, ambos evitaron mirarlo al pasar.

—Al menos no son hipócritas... —comentó para si mismo.

El entrenador entró para estrechar las manos de aquellos que habían sido sus jugadores por un par de años, Jungkook sintió una leve punzada de pánico al ver el rostro adusto del hombro.

—Gracias a Dios que ganamos el partido final. —dijo al llegar a su lado. Estrechó su mano, apretando solo un poco más de lo necesario y palmeando su espalda. —No te lleves el crédito Jungkook, tu salida puede haber sido la gran cosa para tu novio, pero podrías haberlo hecho mejor. Espero que tengas suerte.

Jungkook asintió sin decir nada.

No pretendía llevarse parte de la gloria que sus compañeros gozaban tras la victoria, había marcado solo un tanto de los tres en el partido y se había enterado de que ganaron solo porque algunos de los chicos del equipo fueron lo suficientemente geniales para avisarle a pesar de que los había abandonado.

Registró la sala en busca de Jimin, él tenía que estar allí. Habían quedado de ir por separado y verse antes de que los formaran, pero no había rastro de él.

—A sus lugares, formen una fila y pasen al escenario.

¡Mierda!

La música comenzó a sonar, Jungkook se formó tal como lo había practicado en los ensayos buscando por todos lados. Jimin tenía que ir de los primeros, y seguía sin dar señales de vida. ¿Dónde se había metido?

Su celular vibró dentro de sus pantalones, se peleó con la túnica para poder alcanzarlo y revisar el mensaje entrante.

De Jiminie Hyung:

¿De qué me perdí? Mis padres se han atrasado por esperar a Hoseok, Tae armó tremendo escandalo amenazando con no asistir sin él. Pedazo de idiota, ¡es mi graduación!

Sonriendo, Jungkook buscó entre la multitud; sus padres le saludaron y a su lado se acomodaba la familia de Jiminie, sus padres y sus hermanos, con Hoseok incluido.

Uno a uno los nombres de sus compañeros de clase fueron llamados, algunos decían un par de palabras, otros se secaban las lágrimas o celebraban lanzando sus birretes al cielo. Los padres sacaban fotografías y lanzaban besos al escenario. Aquella era la culminación de su vida escolar, una vez que el diploma fuese presionado en su mano, ya nada tendría que hacer allí y en vez de sentir nostalgia, Jungkook sintió un cálido sentimiento de gratitud.

Habían sido unos buenos años.

—Jeon Jungkook —El director llamó. Se adelantó escuchando el inconfundible sollozo de emoción de su madre. —Lo hiciste bien, hijo.

El papel con ligero relieve, sello dorado y su nombre en fresca tinta negra quedó en sus manos. Sí, eso era todo. Solo faltaba darle el cierre.

—Park Jimin, —Su voz retumbó desde los altavoces. Hubo murmullos, susurros y la inconfundible toz que resuena en una estancia con personas conteniendo la aliento. A sus espaldas hubo un susurro de ropas y Jiminie estaba ahí, abriéndose paso entre los chicos estoicos con el rostro que Jungkook había mirado por mucho tiempo y que esperaba mirar mucho más. Tuvo que tomar una respiración honda. —¿Quieres ser mi novio?

En un latido que se hizo eterno, la gente empezó a hablar a todo volumen, algunos de sus compañeros aullaban en su dirección y Jungkook vio por el rabillo del ojo al director acercarse para quitarle el micrófono de la mano, no antes de que Jimin sonriera hasta que sus ojos se vieran reducidos a rendijas y se acercara hasta él.

—Sí, sí quiero Jungkookie.

Jungkook se afirmó el birrete, Jimin hizo lo mismo con el suyo y permitió que su ahora novio lo inclinara para darle un beso caliente, dulce y largo. Alguien chilló en el público y ellos se separaron.

El hermano de Jimin, Tae tenía a Hoseok por las solapas del saco que llevaba y le estaba besando también.

Jimin dejó salir una risa, sus dedos encontrando la mano de Jungkook y entrelazándolos, encajando a la perfección.

Eso sí era todo.

No había razón de batallar ya; Jimin había entendido, gracias a que Jungkook le había demostrado, que el amor, es lo único que enciende la vida.

—No puedo creer esto —Seescuchó a Jazmín hablar por encima del bullicio de forma excitada; ella miróentre ambas parejas de sus hermanos. A Tae y Hoseok que aún se besaban y a Jiminy Jungkook que se sonreían con secretismo. —Voy a shippearlos tanto.


Si llegaste hasta aquí, espero que te gustara este universo alternativo.     

<3 

Lo que Jimin queríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora