Caminos diferentes

Capitulo 3

-No entiendo si yo soy muy sensato o tú muy dramática- digo viendo a Michelle armando toda una escena por un pájaro.

Si. Un pájaro, un estupido pájaro color rojo que se coló por la ventana y ahora tiene toda su atención.

No he compartido ni siquiera 10 horas con ella, pero ya noté que la concentración no es uno de sus fuertes.

-El pájaro. Es. Hermoso. Cállate.-

Uy.

-Ademas, acabas de conocerme, no me hables de esa forma tan fea.-

¿Fea?

-No te hablo feo. Así hablo siempre-

-¡Bah! Entonces tú tono bonito es falso. Ya lo suponía.-

Me quedo pensando. La miro.

Su gran suéter se ha subido, y entonces discretamente lo sube hasta las palmas de sus manos. Michelle es delgada, a pesar de la gran prenda se logran distinguir sus proporciones.

También sus ropas dan mucho que decir sobre ella. Y aunque esta hermosa, es bastante evidente que la ropa no es de la mejor calidad, mucho menos nueva. Las chicas de aquí suelen preocuparse demasiado por cómo visten, y aunque Michelle no luce para nada mal, parece importarle poco el hecho de vestir ropa vieja.

-Mi "tono bonito" no es bonito, es de hombres.-

-Suenas como un niño.-

-A quien le importa.-

Michelle ríe. Michelle ríe para siempre.

La escuela se había acabado, y nunca había estado decepcionado, o triste de tener que irme a mi casa. Michelle se despidió con un beso en la mejilla, Michelle se despidió de mí y yo me rompí, no literalmente, pero algo se rompió, tengo la sensación de siempre estar quebrado cuando estoy con ella, como si fuera demasiado buena que soy un desecho a su lado.

Y en ese preciso momento, se activa la alarma en mi cabeza.

De los mil motivos que existen para que Michelle esté fuera de mi vida, ninguno es válido, sin embargo demasiado justificables, sobre todo uno.

Me vuelvo vulnerable a su lado. Como arcilla, totalmente moldeable, totalmente a sus pies. Totalmente perdido.

Y eso no está bien, no está bien tener a alguien que pueda desarmar tu vida en un segundo. No es correcto, o tal vez si, pero definitivamente no es mi caso. No lo quiero, y tengo miedo. Me aterra mi reacción al conocerla, me aterra de una forma inimaginable.

Y ahora tomaré la decisión más estupida de mi vida.

Michelle tienes que estar fuera de mi vida, por qué no puedo controlarme contigo, eres demasiado irresistible, y por eso debo alejarte. Lo siento.

Acomodo mis lentes.

La veo a través de la ventana del autobús, caminando desorientada, la gente la empuja accidentalmente de repente, pero al ser tan pequeña el impacto es bastante fuerte y tengo la necesidad de ponerle una barrera invisible alrededor.

Contrólate Lucas.

-Lucas- escucho mi nombre a lo lejos.

Emma. Uf me va a ir mal, muy mal.

-Holaa Emma, bonita- sonrío inocentemente.

-Necesito una explicación ahora, ¿quien es ella? ¿Como por qué motivo, razón o circunstancia la conoces? Además, ¿que fue todo ese coqueteo? Parecían apunto de saltar uno encima del otro.-