1. Halloweem

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Hoy es la fiesta de disfraces en la empresa en la cual trabajo, la temática es de disney.

- Celeste vamos a comprar nuestros disfraces antes que nos toque los peores.

- Amelía estoy muy ocupada tengo mucho trabajo.

- Celeste no salgas con excusas que tienes que ir a la fiesta sabes que es obligación.

- Esta bien Amelía pero no iremos como el año pasado, como se te ocurre de sal y pimienta.

- Anda muchacha si eso fue lo que conseguí. Que te parece de Anastasia y Cenicienta.

- Ni lo sueñes.

.....

- Amelía estoy cansada ya, has comprado todo menos los disfraces.

- Es la ultima tienda prometo escogerlo uno acá. Y tu igual debes decidirte.

- Claro.

- Mira este celeste que tal si vamos de aurora y maléfica son muy sexys.

- Ve tu sola.

- Amargada es lo que eres me los voy a probar.

Camine por el pasillo de la tienda y lo vi, el disfraz perfecto, era de caperucita roja, un corsel negro con una diminuta falda negra, ligueros y una capa roja, no soy de mostrar mi cuerpo pero me había encantado, no hubo la necesidad de medirme por que era mi talla. Me acerque a la caja y lo pague mientras Amelía escogía su disfraz, termino por uno de blanca nieves.

...

- Celeste llegaremos tarde a la fiesta por favor apurate.

- Ya salgo Amelia, ya estoy terminando de maquillarme. Lo vi en internet y me lo hice.

- ohhh, celeste estas divina ese maquillaje resalta tus ojos verdes. Vamos que quiero encontrarme con un príncipe azul que esta noche es de sexo.

- Para que quieres un príncipe azul, mejor un lobo feroz, te ve mejor, te oye mejor y te come mejor.. Dije eso en voz alta no puede ser que me esta pasando.

- Oh! Si nena así se habla, ojala consiga ese lobo feroz para que te folle mejor jajajaj.

....

Como siempre Amelía me dejo sola, decidi sentarme en la barra y pedir un trago.

- Señorita Berbesi, por que tan sola.

Alce la mirada, y ahí estaba él vestido como un lindo y sexy lobito, que alguien recoja mis pantys porque se me acabaron de caer.

- Señor Aaron, buenas noches creo que mi acompañante me ha dejado sola. Vi como fruncía el ceño.

- Como puede haber un hombre capaz de dejarla sola, con los lobos sueltos y con ganas de comer.

- Jajaja, señor Aaron tiene usted muy buen sentido del humor, vengo con Amelía pero creo que ya encontró su príncipe azul.

- y cuenteme señorita, usted ya encontró su lobo feroz.

Vi como sus ojos se oscurecían, se veía la lujuria, el deseo de este guapo hombre.

- No señor, no he encontrado un lobo feroz.

Se me acerco al oído y me susurro, ya saben lo que dicen por ahí, mejor un lobo feroz te come mejor. Sentí como mi cuerpo se calentaba con esa voz ronca, pero era mi jefe, él mas deseado y buenorro de todos, pero seguía siendo mi jefe. Decidí seguir su juego.

- Eso dicen señor, pero no he encontrado un lobo feroz que me demuestre que es verdad. Esa canción que esta sonando me encanta quieres bailar conmigo.

- señorita usted invitándome a mi, debería ser al contrario.

- vamos, lo mire con los ojos del gato con botas.

Nos dirigimos a la pista de baile, empecé a bailarle lentamente de frente definitivamente los tragos, me convirtieron en otra persona, él me giro quedando de espaldas, seguí bailándole y frote mi trasero sobre su miembro, escuche un gemido por parte suya lo que me encendió mas, seguí bailándole y si erección era notable, me mordí él labio estaba tan excitada.

- Celeste por favor para no puedo mas,  no te muerdas el labío.

- Por que jefecito. Lo mire inocentemente, me puso su índice en el labio para que dejara de mordelo, y abrí un poco la boca y le chupe el dedo, él gimio y se acerco más a mi como cuando un depredador asecha a su presa.

- Si lo sigues haciendo no podre seguir controlando las ganas de follarte.

- Y quien te dijo a ti que quiero que te controles.

- Estas segura por que después que te tenga solo para mi no te soltaré hasta que sacie mi deseo.

- Demuestrame lindo lobito, que me puedes comer mejor.

Me jalo de la pista de baile para salir al parqueadero, mientras llamaba a su chofer que estuviera listo. Me abrió la puerta para que subiera al auto. Me beso desenfrenadamente, sentí su mano subir lentamente por mi pierna hasta llegar a mi sexo.

- Que mojada estas, que rico.

Fronto mi clítoris con su pulgar mientras me besaba para ahogar mis gemidos, corrió mis bragas y sentí como introducía un dedo, joder se sentía muy bien. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando nos detuvimos.

- Jack te puedes retirar ya, le dijo al chofer.

Me tomo de la mano y entramos a la casa, cerro la puerta y me siguió besando mientras lentamente me soltaba el corsel, me estaba torturando. Gemí de placer al sentir sus manos apoderándose de mi cuerpo. Su deseo encendió cuando noto que no traía brasier, me lanzo a la cama y me beso en el cuello, bajando hacia mis tetas, mordió mis pezones, gemí de placer, los succiono, los lamió siguió bajando por mi abdomen y me quito las pocas prendas que me quedaban, llegando a mi sexo, chupo y mordio mi clitoris, mientras metía un dedo, luego dos y salia estaba a punto de llegar al clímax cuando sentí su lengua dentro de mi y la movía rápidamente

No aguante mas y alcance el orgasmo mas fascinante de mi vida.  Quise devolverle el favor lo desvestí lentamente admirando su cuerpo bien trabajado, al ver su grande miembro la boca se me hizo agua. Lo metí todo a mi boca mientras él gemía, lo chupaba con mas agilidad cada vez mas.

Hasta que sentí como se venia en mi boca, era delicioso. Me puso boca abajo y me penetro, sus embestidas eran fuertes, me daba azotes en las nalgas, gemía de placer, estaba en la gloria, me tiro del cabello suavemente joder que rico se sentia.


El mejor polvo de mi vida, definitivamente prefiero un lobo feroz...

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