Strawberries And Cigarettes [YoonMin] [T.S]

Mister Cigarette

En medio de la oscuridad, una brillante y adorable sonrisa se asomó en su rostro aún adormilado cuando la voz de Lord Huron comenzó a sonar en la habitacion. Claro que conocía aquel especial tono.

No hizo más que deslizar el botón color verde para aceptar la llamada y murmurar cosas no entendibles debido al sueño. Aquella sonrisa se agrandó convirtiendo sus ojos en dos finas líneas y sus mejillas se tornaron carmín cuando el chico al otro lado de la línea comentó sus motivos para llamarle a las 02:17 a.m.

"Por favor~". Podía jurar que en esos momentos el chico estaba haciendo un marcado puchero, y moría por verlo. "Ya estoy abajo, no acepto un no de todas formas."

Oh, por el amor a la papaya.

Encendió la lámpara de noche que descansaba en el escritorio al lado de su cama, con la tenue luz que emitía parpadeó varias veces para dirgirse a la puerta y abrirla aún tambaleándose. Miró hacia ambos lados en vano, no lograba divisar nada entre la penumbra de la casa, ni siquiera la línea de luz que solía atravesar la puerta de sus padres en las noches, aquello significaba que estaban durmiendo por lo que se sintió aliviado y volvió a cerrar la puerta colocando el seguro. Se asomó a la ventana sólo para verificar la veracidad de su hyung.

No sabía cómo reaccionar al ver a su mayor allí de pie en la acera al otro lado de la valla que dividía su jardín de la misma. Estaba feliz, eso era claro. Con torpeza caminó y tomó el móvil de nuevo entre sus manos con cierta dificultad, pues las mangas escondían sus dedos.

"Tienes que estar de joda." Min gruñó.

"Bueno, me iré entonces."

"¡No!" Tapó su boca inmediatamente con miedo de haber despertado a sus progenitores, pero nada, la casa seguía en silencio e incluso podía adivinar la gran sonrisa burlona del mayor en ese momento.

"¿Qué esperas? Apresura el paso, debemos pasar a una gasolinera."

"Estoy en pijama."

"Apuesto que te ves sexy de todas formas. Abrígate bien y baja, bonito, me estoy congelando."

Por otro lado en la acera, Yoongi mantenía una sonrisa triunfante al imaginarse el rostro de su pequeño completamente teñido de rosa luego de que éste colgase, incluso le recordó a un dango, cuánto amaba esos dulces japoneses.

Pasó un breve tiempo cuando divisó una llamativa cabellera rosa asomándose por la ventana de la habitación, y luego al menor saltar por ésta. Traía un abrigo felpudo celeste pastel y una mochila del mismo color, portaba un pantalón de mezclilla negro ajustado, y sabía que aquella camisa blanca con rayas horizontales negras era parte de su pijama. Sonrió cuando vio al menor saltar la valla de su casa, se acercó a él a paso lento y cargando cierto aire de egocentría, sólo de mirar al menor las ganas de abrazarle hasta quedar dormido entre ese visiblemente suave abrigo lo invadían, el chico parecía un peluche y él amaba eso de su novio.

Besó cortamente sus labios agachándose un poco para quedar a su altura y ambos entraron en un silencio muy cómodo al auto del mayor. Hacía cuatro años, cuando su cabello era castaño y no gris, y el de Jimin negro en vez de rosa, ambos compartían casi la misma altura, siempre le ganó al menor por un centímetro, sin embargo varios meses atrás creció considerablemente, ahora no le ganaba por un centímetro sino por siete.

🍓🌸

Ambos bajaron del auto, creando su propio ambiente divertido entre bromas y cumplidos, éstos últimos principalmente hacia el pantalón ajustado del menor y sus mejillas que parecían nunca abandonar aquel color que hacía juego con su melena rosa.

El empleado en turno que los observaba con una sonrisa admirando la escena, no reclamó cuando Jimin, entre súplicas de Yoongi, subió al carrito que ofrecían para colocar las compras. Si bien aquello era una tienda, fácilmente podía camuflarse como un supermercado, pues el local era bastante grande y tenía los aspectos de uno, además era increíble que cerraran hasta las 03:00 a.m. Jimin iba sentado abrazando con cuidado las cosas que su hyung colocaba sobre él, entre ellas una canasta de picnic, malvaviscos, refrescos de latas, unas extrañas cajas coloridas -no se atrevió a preguntar qué eran- y claro, la infaltable canastita de fresas y los indispensables cigarrillos.

"¡Hyung, tome la del lado izquierdo!"

"Pero Minnie, no hay diferencia alguna."

"Son más rojas, se ven muy ricas~." Yoongi sonrió rendido ante el puchero que el menor le mostraba y tomó la cajita del lado izquierdo. "No olvide el encendedor, señor cigarrillo." Colocó la caja con fresas entre las manitas de su novio y le besó cortamente agradeciéndole por haberle recordado comprar el dichoso encendedor, para proceder e ir a buscarlo. Jimin había tomado la decisión de decirle así desde que, luego de comparar los anillos de humo que causaban los cigarrillos de su hyung con el cabello del mismo, el apodo salió de sus labios sin pensarlo, y al mayor no le molestaba en lo absoluto, incluso tenía su propio apodo para el menor.

🚬🌸

Al llegar al mostrador, el chico les regaló una sonrisa que asimilaba la forma de un rectángulo, lo cual hizo chillar al peli-rosa de ternura.

"¡Su sonrisa es muy bonita!" Yoongi le dirigió una mirada de muerte al chico detrás de la caja registradora antes de que otro castaño saliera por la puerta de la bodega del local. El desconocido tomó la cintura de su, aparentemente, novio de manera posesiva y besó su mejilla, sin importarle que un peli-rosa y un peli-gris miraran la escena, uno enternecido y el otro esforzándose por no devolver su cena. Yoongi jamás iba a aceptar que él actuaba aún más empalagoso cuando se trataba de Jimin.

"Van a ser los últimos, atiéndelos para cerrar e irnos, amor." Habló el que parecía ser el menor, y si no fuera porque Jimin parecía entretenido, y porque además no les habían sacado por llevar al menor en el carrito, Yoongi ya habría carraspeado molesto interrumpiendo el nido de amor.

"Claro, Kookie." Respondió el de la sonrisa cuadrilátera.

Finalmente pagaron por todo luego de que Jimin bajase del carrito, con intenciones de dirigirse al auto del mayor.

"Tenemos problemas." Avisó el peli-gris, revisando sus bolsillos traseros.