Mister Strawberry

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Caminaban con las manos entrelazadas por la húmeda, solitaria, fría y muy, muy oscura carretera. Sus rostros eran apenas iluminados por las farolas nocturnas. Jimin se deshizo del agarre y entrelazó su brazo con el del mayor, tenía un poco de miedo a la noche, y caminar por una calle desolada con una canasta en mano no parecía una maravillosa idea.

"Debí haber revisado antes." Habló Yoongi bufando, recibiendo una sonrisa por parte del peli-rosa.

"Está bien, hyung. Caminar es lindo a su lado." Si bien dijo eso para que el mayor no se sintiese mal, no mentía del todo. Sí, estaba temblando y no sólo debido al frío, también al miedo, pero no cambiaría ese momento con su novio por nada del mundo, ni siquiera por un aventón hacia donde sea que se estuviesen dirigiendo. Y eso Yoongi lo sabía, por lo que volteó a mirar al menor, conteniendo las ganas de besarlo pero regalándole una sonrisa que dejaba ver sus rosaditas encías.

Luego podrían volver a su auto y arreglar el problema, no era la primera vez que dejaba las llaves adentro.

Caminaron un poco más hasta llegar a lo que parecía un bosque, éste llevaba a una colina y no abundaban los árboles, sólo el césped brillante debido al rocío.

Yoongi agradecía que, pese a los temores de su novio, éste confiara en él y le acompañase sin dudar en sus ocurrencias, como en ése momento. Tenían citas parecidas todo el tiempo, esta quería hacerla más especial, como siempre, esforzándose por hacer cada una mejor que la anterior. Salir de madrugada, con cuatro años que llevaban siendo novios, era cosa de quizás tres veces al mes.

Aún con sus brazos entrelazados se adentraron al lugar, no parecía aterrador, la paz inundaba cada espacio y sin demorar mucho llegaron a la cima de la colina y se sentaron en el césped.

"Traía una cobija, ya sabes, pero quedó en el auto al igual que tu mochila..." Murmuró Yoongi con la cabeza baja.

"Está bien, el césped es muy suave."

Min rió. "¿Quieres que encedamos la pirotecnia?" Jimin ladeó la cabeza y arrugó su naricita confundido. "Las cajitas de colores que metí en el carrito."

"¿Es pirotecnia? P-pero..." Antes de que el menor pudiese decir algo como es peligroso, le dedicó una sonrisa y se levantó de su lugar, buscando entre las bolsas dentro de la canasta de picnic una de las cajas con la pólvora.

Colocó varias cosas en el césped de formas muy extrañas para Jimin, que aunque no entendía nada de lo que su hyung hacía, tenía miedo de que éste se lastimara.

"Hazte un poco hacia atrás." Jimin obedeció dudoso, retrocediendo.

Miró cómo Yoongi tomaba el encendedor, le daba la espalda encendiendo cada una y luego se acercaba a él, tomándole de la cintura mientras el menor atraía sus manos a su pecho. Segundos después, destellos de luces rojas, azules y doradas volaban por el aire asimilando a serpientes mientras hacían un agudo sonido, finalmente llegando a lo que parecía el final de la oscura noche y acababan allí en una explosión de muchos colores brillantes.

Con la primera que había estallado, Jimin dio un pequeño brinco asustado haciendo al mayor reafirmar el agarre en su cintura, pero poco a poco se relajó observando las demás repitiendo el mismo proceso. Yoongi estaba más concentrado en ver la reacción de su novio que en las explosiones coloridas en el cielo, todo su chico parecía... no, era perfecto.

Cuando ya habían acabado los juegos de pólvora, soltó a Jimin y buscó otra caja, era de un tamaño y contextura distinta a las anteriores causando la curiosa mirada del menor. Tomó lo que parecía un palito de madera y se lo extendió, tomando él otro, y guardaba los demás por si no funcionaban esos.

"¿Qué es, Yoonie?"

"Son bengalas. Quería que tú también encendieras fuegos artificiales, pero nunca te arriesgaría a algo así. Además, las bengalas son mágicas. Su luz es hermosa." El menor lo miraba con atención, fue cuando Yoongi recordó algo. "La luz que emiten, sí, hermosa, como la que tú has traído a mi vida, pequeño."

Tomó la pequeña y delicada mano en donde descansaba el palillo de madera esperando a ser encendido, y procedió a hacerlo, encendiendo después el suyo. Lo miró unos cortos segundos antes de pasar su mirada al menor. Jimin miraba embelesado las doradas chispitas de luz que salían del palito, le recordaban a una varita mágica, sentía que si nombraba algún hechizo de alguno de sus libros de Harry Potter lograría llevarlo a cabo. El peli-gris sonrió cuando miró directamente a los ojos del menor, el avellana era resaltado por la bengala y los brillos dorados de la misma se reflejaban en sus orbes, digna imagen de apreciar. Sacó el móvil con rapidez antes de que el objeto se apagase y tomó una foto, que, pese a ser apresurada, era perfecta, con un Jimin sosteniendo la bengala en su mano admirándola y sus ojitos brillando debido a esta. Guardó el móvil y volvió su vista al menor. En definitiva, Jimin era, y siempre iba a ser, más brillante y hermoso que aquel palillo de madera artificial. Jimin era real, quien, verdaderamente, había dado luz, colores y quizás brillo a su aburrida y patética existencia, el menor no era su vida, su vida era tonta, insignifcante y lamentable, Jimin era noble, adorable y perfecto ante sus ojos, y debía admitir que también ante cualquiera que lo llegase a conocer.

No aguantó más y pasó un brazo por la delgada cintura del más bajo y lo atrajo a su cuerpo, los palillos ya encarbonizados yacían tirados en el suelo mientras los dos jóvenes se besaban con parsimonia, con el chocar de sus bocas llenando el silencio del lugar.

Ya acostados de nuevo en el césped bajo la luz que les otorgaba la ciudad, las estrellas y la luna, Yoongi con un cigarrillo entre los labios mirando a Jimin quien comía recostado en su pecho de la fresa más roja de la canasta a su lado, lo dijeron, una vez más, no por primera vez, ni por última, sólo una de muchas que hubieron y vendrían.

"Te amo, señor fresa." Susurró el mayor.

"Yo le amo más, señor cigarrillo."

Miraban al cielo y de vez en cuando al amante a su lado, mientras la oscuridad era dejada a un lado reemplazada por la luz que anunciaba el amanecer, aquello era una metáfora en sus vidas. Cómo, en compañía del otro, la oscuridad se iba dejando paso a la luz.

Strawberries And Cigarettes [YoonMin] [T.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora