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—¿Por qué te gusta abrazarme tanto? — dijo mientras se separaba de mí para poder verme a la cara

Encogí mis hombros y luego de unos segundos respondí: —Es cómodo. Se siente bien

—¿Es cómodo? — dijo, levantando una ceja

—Sí — contesté y reí

—Vale — me sonrió

Fue lo último que dijo. Después de eso, yo volví a acomodarme como estaba: abrazando su cintura y con mi rostro en su cuello, respirando el dulce olor que su piel dejaba escapar. Deseaba besar esa parte de ella, quería con todas mis fuerzas dejar un pequeño beso ahí, en sus lindas clavículas. Y sin poder detenerme, lo hice. Pero no fue como me lo esperaba, creí que se separaría de mí y no dejaría que volviera a abrazarla, pero no, en lugar de eso, soltó una risilla, la más bonita que había escuchado.

Sentía el impulso de volver a hacerlo, pero no lo hice.
No estaba seguro de si se enojaría o sería todo lo contrario, pero quise evitarme todo y sólo me quede disfrutando de su aroma.

¿Te estás enamorando? → Lucas • NCT ←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora