Dedicado con toda mi admiración a ---Abril02Sentado delante de un vaso de whisky, a medio acabar, en la barra del bar Lupin, Chuuya jugaba a voltear entre sus dedos enguantados una cajita de cerillas. Le recordaba otros tiempos, cuando Dazai sacaba una igual de su bolsillo para encender los cigarrillos que compartían ambos mientras aguardaban el momento perfecto para atacar, o bien tras una carnicería victoriosa o, sencillamente, para disfrutar con más intensidad la relajación de sus cuerpos tras el sexo.
Un día todo acabó.
Más de dos años habían pasado.
Dazai desapareció y los intentos al principio de encontrarle por parte de Chuuya habían sido infructuosos.
Siempre muy tarde localizaba los garitos donde se había emborrachado, los bancos del parque donde había dormido de noche como el vagabundo en el fondo que era, o los burdeles donde le habían amado.
¿Jugaba al ratón y al gato con él porque sabía que le seguiría el rastro con astucia?
Chuuya no se dio por vencido hasta pasados tres meses.
Dejó de buscarle.
Simplemente él, Chuuya, le conocía tan bien que podía saber dónde estaría en cada momento y, Dazai, así mismo, le conocía tan bien, que nunca se dejaría encontrar.
Tan lejos, tan cerca.
Como en el bar Lupin.
No había retomado su búsqueda, esa noche, no. Además Chuuya sabía que Dazai no acudiría allí, pero él sí debía ir.
Tomó el vaso de whisky, lo levantó en alto y brindó con gesto amargo:
-¡Va por ti, Dazai!
Tomó un largo trago con los ojos cerrados imaginando la sonrisa sarcástica que Dazai pondría se lo viera.
"Enano, si no te gusta el whisky, ¿para qué lo bebes? El whisky es para hombres grandes"
Chuuya le devolvió la sonrisa a esa imagen del pasado mientras sentía como un escalofrío le recorría la espalda.
-Así, a whisky, sabían la mayoría del tiempo tus besos –habló bajito a la nostalgia, en un susurro añadió: -unos besos que sé que nunca más recibiré.
Se acabó el licor de golpe y pidió una botella del mismo vino que solía pedir cada vez que paraba en el Lupin: un Koshu.
Si cuando se confirmó que Dazai había desertado de la Port Mafia, se bebió el vino francés más caro que tenía; esa noche se emborracharía, con una botella tras otra, del mismo vino que compartieron la única vez que Dazai le permitió beber con sus amigos en el Lupin.
La botella llegó y tres copas cayeron deseando, rogando, que el alcohol adormeciera su melancolía.
Por el rabillo del ojo vio la sombra de alguien que desde los escalones de bajada al bar le estaba observando.
Sus sentidos empezaban a embotarse , tuvo que entrecerrar los ojos para fijar su visión y cerciorarse que realmente quién estaba delante era quién parecía.
Soltó una carcajada sin ganas.
La noche empezaba a repartir cartas a los perdedores.
-¡Eh, profesor anteojos! – le saludó levantando la copa y soltó un suplido con babas por la tonta risa que se le escapaba. Quizá había perdido la cuenta y había bebido más de tres copas. Le dio la vuelta a la botella. Ni una gota quedaba.
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Brindis por Dazai en el Lupin. Soukoku . Bungou Stray Dogs
FanfictionEn el bar Lupin, Chuuya y Ango coinciden por casualidad una noche llevados por la nostalgia de tiempos pasados con Dazai. Los personajes e historia de Bungou Stray Dogs pertenecen a Kafka Asagiri. Muchas gracias a @Abril02 por la hermosa portada