Mente abierta boca cerrada

16 0 0
                                    

Recuerdo mi infancia un poco borrosa, creo que empecé a ver las cosas claras cuando mi madre me llevaba a un lugar donde otras madres dejaban a sus hijos a cuidado de un grupo de personas a las que les pagan por divertir niños de cinco años, nos hablaban en un tono irritante e infantil que detestaba. Mantenían un orden en un calendario pequeño lleno de actividades interactivas para "aprender y divertirse",  nos hacían jugar con muñecos y bloques o nos situaban en pequeñas mesas con hojas y crayones para colorear imágenes de animales durante todo el día, luego nos obligaban a cantar canciones vacías de contenido y sentido. En la tarde nos preparaban una merienda mediocre que consistía en solo tres cosas : pan, manteca y té.

Odiaba ese lugar y siempre esperaba que terminase esta tortura, al final del día a eso de las seis de la tarde mi padre me lleva a casa, yo voy a mi cuarto en silencio a hacer lo único que considero interesante de mi día, recostarme en mi cama y leer mi libro favorito "El Silencio de los Inocentes", soy consciente de la edad que tengo y sé bien que este tipo de lecturas para algunas personas son consideradas avanzadas y muy gráficas y más para niños de cinco años, en mi casa era de costumbre recibir alguno que otro comentario o sermón de mi madre o mi padre acerca de libros que narraban historias de asesinatos o torturas para que los deje, en resumen unos padres que pese a que les discutiera con argumentos validos de que no importase que leyera mientras leyera algo no me iban a comprender, y para evitar más escenas como esas opté por leer a escondidas y en mi cuarto sin mencionar nada al respecto. 

Mi habitación era la de un niño normal, juguetes, lapices de colores, autos de madera, etc, la realidad era que todo eso es la idea errónea de ellos de cuales son mis gustos, como ustedes deducirán, obviamente todo eso está lejos de interesarme y para recalcar mi única cosa favorita en esa casa es la gran biblioteca de mi abuelo. El fue un prestigioso medico que falleció a los 41 años por un grave caso de leucemia, parece un hecho tragicómico al ver que una persona que se dedica a salvar vidas fallece de una manera tan trágica , pero bueno en otro momento hablaré el, en uno de los cuartos se encontraba una pared con varios estantes de madera repletos de libros y apuntes sobre medicamentos, patologías, química, cirugías,  la llamaba "La Habitación del Conocimiento", en ese lugar pasaba incontables horas repasando sus apuntes y datos compilados de años de estudio y practicas de su universidad, lo que me sorprendió es que yo podía entender todo. Mi padre me prohibía entrar a ese lugar y no quería que desordenara nada, porque el pensaba que yo solo entraba a ese lugar para jugar.

Cabe aclarar que mi relación con mi madre y mi padre la considero hasta el día de hoy como una molestia, algo inexistente , estúpida, como un fragmento de mi pasado que anhelo olvidar. La pregunta que se deben estar haciendo es ¿Porqué tanto odio o molestias dirigidos hacia unos padres que solo creían hacer lo mejor para su hijo? o algo tan simple como ¿Porqué no les dije nada en ese momento?, la respuesta es muy simple, ellos jamás me preguntaron que deseaba, o me gustase, nunca me preguntaron a donde quería ir o que quería ser cuando crezca, en lo más simple y básico fallaron como padres, en su defecto me subestimaban por mi edad, tomaban decisiones por mi y me negaban algo tan simple como leer. 

En mis ratos libres de fin de semana, robaba el libro de cirugía de la biblioteca y me lo llevaba al granero de mi vecino, una vez dentro me escabullía hasta el corral de las ovejas y agarraba una de las tantas que tenía, con un abrecartas filoso del escritorio de mi abuelo seguía las instrucciones que indicaba aquel libro. La primera vez que hice esto sentí intriga y adrenalina al ver el interior de aquel animal, realicé biopsias y necropsias con al menos nueve ovejas a partir de esa primera vez, luego de un tiempo comencé a dudar acerca de como es el interior del cuerpo humano y me gustaba la idea de poder experimentar y pasé los siguientes días con esa idea en la mente, el abrir un cuerpo y ver su interior, mientras los demás jugaban entre ellos, yo rondaba con ese pensamiento latente, hasta que llegó el día en que mi cabeza estalló y desde ese momento mi camino se tornó oscuro.

Como maté a...Where stories live. Discover now