Bloody Fangs

Blood & Flesh

WARNING: Se manejan situaciones sensibles y no aptas para cualquiera, alto contenido adulto. Basado en una historia real. Los personajes utilizados no me pertenecen, la foto de portada merece su respectivo crédito al autor.

Le acabo de lleno en la cara. Estamos agotados, agitados. Nos derrumbamos en la cama. El sexo es genial. Él se limpia riendo la cara, se relame los labios.

- Tienes la mejor puta boca del universo, pelos de mierda.

Ya tenemos dos años de casados, diez de novios y 15 malditos años de mejores amigos y amantes.

Mi corazón explota cada vez que lo veo, como si fuese un adolescente todavía. Pero todavía... No soy totalmente sincero con él. Cada vez que le digo que quiero morirme devorado por él, es enserio. Hay risas, empujones y besos, pero no apaga mi culpa y oscuro deseo.

Apenas vi su filosa sonrisa el primer día de clases, caí rendido con una erección y un flechazo. Me rebusqué para evitarlo, pero él también se había enamorado.

Sus mordidas son mi perdición. Las pido hasta sangrar, y lo disfruto viéndolo beberme. Podría acabar de sólo imaginarlo. Lo amo con todo mi ser. Sólo... Quiero ser devorado...

- ¿Y ese suspiro? ¿Necesitas decirme algo? Porque yo si-

- Tengo una fantasía que nunca voy a poder satisfacer. Y me está volviendo loco no tener los huevos para decírtelo. - Le corté mirando el piso. Su respiración se frenó. Me atreví a mirarlo, estaba sonrojado.

- Yo también... Pero vas a creer que estoy loco - me da una de esas bellas risotadas. Sus dientes me vuelven demente.

- Quiero que me devores.

- Pero si acabo de hacerlo...

- ¡No, grandísimo idiota! ¡Hablo que quiero que me comas, que pruebes mi carne y sangre, quiero estar dentro de ti y ser parte de ti! - Grito exasperado. Su mirada es ilegible. Seriedad, la odio.

- Entonces... Creo que realmente estamos hechos el uno para el otro, yo... Quiero llenarme de tu carne hasta morir contigo. Cada vez que hacemos el amor, cada vez que me pides que te muerda y pruebo tu sangre... Dios, me contengo para no acabar tan pronto. - me regala una de sus más radiantes sonrisas.

- Hagámoslo.

- ¿Eh? Ni de coña. No puedo vivir sin ti, y quieres que te coma...

- Yo, realmente, moriría feliz... - me levanto y deambulo por nuestro cuarto -Hace 15 años que nos conocemos Ei... Realmente quiero esto.

Corre a abrazarme. Nos fundimos. Es un muy inseguro si.

- ¿Qué haré después de ti?

- Eso ya dependerá de lo que quieras...

- Quiero irme contigo...

- Devorate a ti mismo.

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Habrán pasado semanas desde aquella vez que hablamos, estamos como si fueran nuestras primeras semanas saliendo. Enamorados.

Estuvimos preparando todo, cómo hacerlo, dónde, fecha, hora y hasta la ropa que usaría él. Hacemos el amor varias veces al día. Nos decimos cuánto nos amamos. Es mi cumpleaños, este es mi regalo.

Terminamos de cenar en casa.
Me desnudo para él con un suave jazz de fondo, bailamos. Me acaricia con devoción. Su mirada arde. Nos damos las manos y caminamos al baño. Me recuesto en la tina, me saco el collar de plata de mi padre. Él pone el preludio de la suite para cello N°5 de Bach, mi favorita, de fondo para que yo me relaje. La ansiedad me supera.

Nos dejamos alumbrar por velas solamente.

Tiene los ojos más hermosos que vi en mi vida, nos ahogamos en deseo.

Acerca el cuchillo de carne que me regaló cuando nos mudamos juntos, sabía que amo cocinar. Él me dio todo lo que quería y más. Ahora mismo, cuando me pasa el filo entre las piernas, cuando siento la punta corroer mi cuello, cuando nos observamos casi en el éxtasis, él me da todo su amor y todo su corazón.

Es un pequeño tajo, él bebe. Me muerde con fuerza, pido más. Y allí está, mi carne se desprende. Lo veo saborear con vehemencia.

Se sube encima mío, estoy duro como piedra. Se autopenetra por primera vez en nuestra relación. Me monta con suavidad, la sangre cae por mis pectorales y él clava sus uñas en ellos.

Ésta es la imagen con la que planeé despedirme de este mundo, él bañado en mi sangre, comiéndome lentamente entre jadeos mientras le hago el amor por primera y última vez. Me falta el aire, el clímax de ambos está cerca. Levanta la cuchilla, nuestras miradas chocan, nos besamos despidiéndonos con un "Te amo" y rebana mi cuello. No deja escapar una gota, llena su preciosa boca de mi. Yo lo lleno con mi semilla, y me dejo ir...

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Su carne es lo más delicioso del mundo, me engullo de lo que queda de su pene, la mezcla de semen y sangre me provoca otra erección. Me masturbo por sexta vez.

Coloco su cabeza en la mesa de la cocina. Tiene la sonrisa más bella que vi en mi vida. Empiezo por un dedo, no sabe mal. Duele, pero me lo merezco.

Dedo por dedo, voy rebanando.

Quiero que él me mire. Prometí que me iría con él, y me iré así. Nuestra carne y sangre juntas hasta que nuestros cadáveres se pudran en este departamento.

Somos uno, somos el amor verdadero.

Almas gemelas.