𝟎𝟏| 𝑵𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒕 𝒕𝒉𝒆𝒎 𝒔𝒆𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒄𝒓𝒚.

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Los niños admiraban el camino que recorrían los botes, algunos tocaban la fría agua, otros admiraban el cielo nocturno, y el resto parecía hipnotizado por el castillo frente a ellos.

—Hola, soy James.  —Un pequeño azabache de gafas saludó ofreciendo su mano a la niña frente a él.

La pelirroja miró su mano con las cejas alzadas. — ¿Por qué eso debería de importarme?

—Porque quizás yo me convierta en tu futuro esposo, y me gustaría contar esta anécdota en nuestra boda. —Dijo él, con una gran sonrisa, mientras aún miraba a los ojos a su compañera.

Ella sonrió y volviendo a mirar su mano, la aceptó dándole un pequeño apretón. —Kathryn, pero puedes decirme Katie. ❞  

ME ESCURRÍA SIGILOSAMENTE por los pasillos de Hogwarts

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ME ESCURRÍA SIGILOSAMENTE por los pasillos de Hogwarts. Miré a mis alrededores en busca de señales de prefectos, Filch o la señora Norris.

Cada noche me reunía en la torre de astronomía con James, dado que es el único lugar menos concurrido a estas horas. No podría explicar de forma certera nuestra relación. Él me besó y dijo (varias veces) que me quería, sin embargo, no hallo en él rastro de querer formalizar la relación. No es que me importe, estar junto a él ya me hace feliz. 

James ha sido un pilar fundamental para mí, una luz de esperanza que apareció en el rincón de oscuridad que se había convertido mi alma, salvándome de la miseria y dolor. Ni él, ni sus amigos me rechazaron por ser de la casa contraria, entendieron mi situación y se volvieron mis amigos.

Subí las escaleras de la torre con discreción, no pretendía levantar sospechas, ni sobresaltar a mi acompañante, que de seguro ya estaba ahí. Al llegar arriba me quité la capucha de la capa, y mi sonrisa cayó por completo al ver a James junto a otra chica.

Tomé un respiro, levanté la barbilla y me acerqué a ellos con intención de que notaran mi presencia. Sin embargo, la chica misteriosa tomó por el cuello a James y lo besó. 

Eso no lo vi venir...

Esperé que el azabache la apartara (como debía hacerlo), pero sorpresivamente la acercó más a su cuerpo.

Ahora me siento humillada.

Fruncí el ceño, crucé los brazos, y carraspeé, la pareja se apartó de los labios del otro con sorpresa. Ridículo. A la luz pude apreciar (no realmente) el rostro de la mujer, Lily Evans.

En ese momento me sentí pérdida, fue como si mis emociones colapsaran y crearan un incendio en mi mente. Pero no es momento para ser vulnerable.

—¿Para esto querías que viniera, Potter? —pregunté. —¿Para mostrarme cómo se besaban? —Sonreí sarcásticamente. —Espectacular.

—Creí que no ibas a venir... —Susurró él.

—¿Por qué? ¿Alguna vez te he fallado? —James bajó la cabeza, y volví a reír. —Bueno, creo que ya sé lo que valgo. De cualquier forma, ¿Qué hace ella aquí? ¿Invitaste a la sangre sucia a nuestra cita de juegos?

Perfecto ahora me convertí en mi Tía Patricia. 

—No la llames así. —Gruñó el joven.

—¿Es lo que es, no?

Antes de que mi modo oscuro se hiciera cargo por completo, Lily decidió pronunciarse. —Por favor, abre los ojos, Katie. James me prefiere a mí, ¿Creíste que en serio alguien podría quererte?

Perra desgraciada.

James bajó la cabeza y fue como si una luz me iluminara. Yo no soy un juguete.

Hice un gesto con la mano para que Lily dejara de hablar. Miré a James. —¿Algo que agregar? Aún tengo que terminar de arreglar mis uñas. —Mostré mis manos que estaban a medio pintar. Jessie mi compañera de cuarto estaba haciendo una manicure francesa, así que la dejé probar conmigo.

Porque cuando los slytherin's no planeamos la dominación total del mundo, también nos divertimos.

Volviendo a dónde estamos.

James no se atrevió a mirarme, así que saqué mi varita. —Serpensortia.

Como en una dramática escena de película muggle, volví a ponerme la capucha y salí de ahí lo más rápido que pude, sin verme desesperada. Como banda sonora tenía los gritos de Evans, y los fallidos intentos de James para alejar las serpientes.

Me dirigí a las mazmorras, sin preocuparme tanto de las reglas ahora. Reprimiendo cualquier rastro de tristeza.

Nunca dejes que te vean llorar.

James no me siguió, tampoco esperé que lo hiciera.

[...]

La luz de los faroles se filtró entre las cortinas de mi cama, indicando que ya era hora de levantarse. Pegué la cara en la suave almohada de plumas, y contemplé quedarme en la cómoda y cálida superficie de algodón.

Al sentir las pisadas de mi compañera de cuarto supe que no podría aplazar más el dichoso momento. El sonido que provocaba el agua de la ducha al tocar el suelo, se esfumó. Ahora era mi turno de enfrentarme a la realidad. Con pereza y cansancio me levanté, para ir directamente a mi baúl en busca de un uniforme limpio.

Saludé a Emma, con un asentimiento y entré directamente al baño, cerré la puerta y al voltearme me encontré directamente mi reflejo, así que le sonreí falsamente mientras levantaba el dedo medio.

No estoy de humor para ser mi amiga ahora.

Abrí la ducha, el agua caía más fría que nunca. Mi boca se abrió y contuve las ganas de gritar. Ahora enfermaré y moriré en el camino, si no fuera mucho pedir.

Terminé de arreglarme, así que bajé hasta la sala común. Regulus estaba sentado frente a la chimenea con la mirada perdida. No había nadie más en el lugar, me acerqué lentamente para no asustarlo, y le di un corto abrazo.

El chico me observó detenidamente, acarició mi cabello y no me soltó. Como si supiera que algo andaba mal. Maldito.

—¿Quieres hablar? —preguntó el pelinegro.

—No, ahora no. Te cuento más tarde. —Regulus asintió.

Entramos al Gran Comedor en silencio, la gente miraba con cautela. Observé disimuladamente la mesa de Gryffindor. James me observaba fijamente. Raro. Le sonreí de la forma más dulce que pude, para que vea que no me hizo daño (Lo hizo). Empujé a un par de chicos de otra casa, que no me molesté en ver, y me senté en mi mesa.

Ninguno dijo nada. En caso de que lo hicieran, tenía respaldo. Pero en el fondo, sabía que ellos también, y envidiaba que sus amigos fueran realmente sus amigos.

Comí, recordando que ahora tenía encantamientos con Gryffindor.

Lo que más espero...

Me levanté, para llegar temprano clase, no quería cruzarme con ningún estúpido que sufriera un arranque de furia innecesario.

Con la frente en alto y una sonrisa altanera, que pondría orgullosa a mi madre, salí del comedor.

Las escaleras me llevaron hasta el tercer piso, donde caminé hasta el aula de Flitwick, al cruzar la esquina escuché una conversación ajena, no sería relevante si no supiera a quién pertenece esa voz.

—Es una Slytherin, una serpiente. No estaré con alguien tan venenosa.

Y aquí está el estúpido del que estamos hablando.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2023 ⏰

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𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 ↯ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora