Querida Hermanita...
Si te escribo es porque no puedo decir lo que siento en voz alta. Sabes que no soy bueno expresando mis sentimientos.
Primero he de decirte que estoy sumamente orgulloso de ti, de todo lo que has logrado y todo lo que has de lograr. ¿Qué sería de mí sin tus locuras? ¿Qué hubiese sido de mí si nuestros padres no hubiesen olvidado usar protección? En definitiva no quiero ni imaginar un mundo así.
¿Sabes que me parte el corazón? Saber que todo lo que lograste lo hiciste sin mi ayuda. Aun con mi ausencia pudiste seguir adelante. Me duele saber que en realidad nunca me has necesitado lo suficiente.
Necesito pedirte disculpas. Una por no haber estado a tu lado en los pequeños detalles que te convirtieron en lo que eres. Otra por no haber notado los grandes pasos que diste antes de por fin saltar y decidir que solo se vive una vez. Otra más por las noches que no te cante y las mañanas que no te acompañé. Y una última por todas y cada una de las promesas que rompí. Lo sé, son muchas.
Dudo mucho que esto alguna vez llegue a tus manos, pero aun así quiero que una parte de mí se sienta bien, sabiendo que de alguna manera, hice lo correcto aceptando la realidad.
Te Amo como a nadie.
Con Cariño...
Tu Hermano Mayor
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Sin Remitente
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