Siento como el sol acaricia mi mejilla y este calor me hace abir los ojos, parpadeo suavemente ya que la luz de la mañana me llena por completo la cara y es difícil enfocar cuando recién despiertas. Estiré mis brazos y me volteo de lado donde se encuentra mi reloj, viendo la hora me doy cuenta de que se me ha hecho tarde, aunque para ser sincera ya no me sorprende que me pase esto.
Me levanto de la cama con un solo movimiento, inmediatamente veo mi reflejo en el espejo, pues mi cuarto no es tan grande, así que el espejo esta muy cerca de la cama; todas las mañanas veo el reflejo de una chica promedio, no soy delgada como algunas de mis amigas pero eso no me importa, mis ojos aún tienen sueño pero sonrío al espejo para agarrar motivación y no lo he de negar, me ayuda mucho a reafirmar que me gusta lo que soy.Salgo de mi cuarto que está justo al final del pasillo y entro al baño, el cual se encuentra de lado izquierdo a unos cuantos pasos de mi recámara, abro la llave del grifo y me mojo la cara de manera que me despierte en todos mis sentidos, me cepillo mi corto pero rebelde cabello y lo peino con media coleta y listo!, ahora tengo que lidiar con mi madre y el desayuno, pero bueno. Regreso a mi cuarto y me pongo el uniforme, el cual consta de una bonita falda gris y una blusa de manga corta blanca; en seguida me pongo mis calcetas y los zapatos, ya estaba casi lista solo faltaba el moño que va por debajo del cuello de la camisa, es uno grande con rayas rojas y amarillas, no sé a quien se le ocurrió que estar fuera un buen accesorio para el uniforme, era la cosa más estorbosa en el mundo además de que nunca sabía amarrarlo de manera correcta por lo que me quedaba medio suelto e inclinado pero ya me daba igual.
Vi a mi madre en la cocina haciendo un baile extraño mientras escuchaba Dancing Queen, ella seguía en pijama pero a pesar de todo su caos era una imagen conmovedora por la canción y el hermoso olor a hotcakes que emanaba de la estufa, parecía estar más feliz que yo del inicio de mi nuevo año escolar.
- Hola, dormilona buenos días!!, ya sé que es tarde pero por favor desayuna que lo hice con mucho amor- Coloco los platos en la mesa y el café también, me dio un beso en la mejilla, se sentó y comenzamos a comer.
- ¡Gracias por el desayuno! -probé un pedazo de uno de los tres hot cakes que me había servido y eran maravillosos como siempre, sentías que se derretían en la boca y luego le di un trago al café y su aroma era lo justo que necesitaba para despertar de manera completa.
No termine todo el desayuno por falta de tiempo pero lo empaque para llevármelo a al escuela y terminar de desayunar allá, me levante a dar el último trago al café y dejar la taza en el lavaplatos. Corrí por mi mochila y guardé mis llaves, la comida para el almuerzo, el resto de mi desayuno y antes de irme me despedí de mi madre con un abrazo.
Al salir comencé a correr lo más rápido que podía para llegar a la estación del Metro que estaba como a tres cuadras de mi casa, al llegar pude entrar empujando a parte de la gente, sé que fue descortés pero era necesario, logré encontrar un asiento libre y aventé mi mochila para apartarlo, luego me arrepentí porque seguramente la comida que traía se había desmoronado y aplastado.
- Agh en serio ¿qué hay algo mal conmigo hoy?- Saqué mi maquillaje de un estuche y comencé a arreglarme, todo iba bien hasta que paramos en la siguiente estación y quien iba a lado de mi se paró para salir, al tomar su portafolio me golpeó el brazo con el que me ponía rímel y me piqué el ojo con la brocha - ¡Pero qué carajos!- Busque rápido una de esas toallitas húmedas para mi pobre ojo lloroso irritado y manchado de negro pero antes de que pudiera arreglar ese desastre escuché una voz que conocía bien....
- BHAJAJAJA, Hey! Ese no es vocabulario para una señorita- Kuroo se burló de mi mientras que yo cubría mi ojo, Kenma apareció detrás de él y se sentó a mi lado, tomó mi mochila y me extendió una de las toallitas que buscaba, parecía que conocía mejor mi mochila que yo misma.
- Ya déjala en paz Kuroo, por cierto pensé que llegarías más tarde.
- Por poco pero ya deberías conocerme, siempre logro lo imposible- Puse mi pulgar arriba y me empecé a limpiar el ojo.
- Deberías tener más cuidado sabes, quien sabe, puede que encuentres al amor de tu vida en la estación y lo primero que verá él es a una tonta con ojos de mapache- se empezó a reír otra vez
- Y yo creo que deberías callarte ya o alguien podría confundirte con una hiena y llamar a control de animales- Le dije mientras le enseñaba la lengua, él dejó de reír y me fusiló con su mirada de siempre.
Me recargue en el hombro de Kenma mientras él se concentraba en terminar el nivel de su nuevo juego, que literalmente había comprado hace dos días pero ya llevaba la mitad del mismo.
- Es difícil creer que hoy empieza el último año de Kuroo y mío, nos extrañarás ¿verdad Kenma?-
- No hables de eso que la idea por sí sola es mala, lo único bueno de este año es que los de tercero ya se fueron y por fin nadie me gritara en las prácticas-
- Kenma tiene razón, todavía es pronto para pensar en despedidas, además no es tan fácil que él se libre de mí, llevamos más de ocho años juntos- Le tocó la cabeza a Kenma y nos sonrió a ambos, a veces envidiaba la relación que ellos dos tenían, me hacía extrañar a mi mejor amigo también.
Llegamos a la estación de la escuela y el primero en recibirnos fue Yaku, había crecido un poco y yo seguía igual de enana que en segundo.
- Buenos días Yaku!!!, veo que creciste más, pero aún no es suficiente para ganarme-Kuroo se agachó para estar a su altura.
- Que Bueno verte de nuevo Kuroo- Le pateó la rodilla para que perdiera su balance y cayó de cara al piso.
- AHJAJAJA gracias Yaku, hey Kuroo guardaré este recuerdo para la eternidad!- Tomé una foto con mi celular antes de que pudiera levantarse, se veía ridículo y parecía que alguien le había pateado el trasero.
- Tontos gremlins, vamos andando que ya es tarde- Le sangraba la nariz pero Kenma le ofreció un pañuelo mientras él seguía embobado en su videojuego.
ESTÁS LEYENDO
¿Quien porta la corona?
FanfictionUna chica que asiste al instituto de Nekoma, manager del equipo de voleibol que de alguna manera se ve enredada con la competencia y confronta al Gran Rey de la Cancha. Oikawa x Lectora