Único.

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Esa noche se encontraban con sus manos danzando en el cuerpo del otro, casi sin ropa.

Casi sin conciencia.

Dos bocas cosquilleando la otra, con la lengua de él explorando cada vez más allá de su labios y la de ella siendo tapada por su mano para no dejar salir algún sonido proviniendo de esta.

¿Cómo es que unos simples roces de las manos ásperas de su novio la hagan sentir como si quemarán todo a su paso? Oh, pero que bien se sentía esa quemadura.

Sus cabellos castaños y cortos eran tomados con delicada fuerza por él y ella lo abrazaba con fuerza; tanta que quizá le dejo algunas marcas en su espalda ancha.

Él estaba tan embelesado con el cuerpo de ella, no podía creer que tan grande paisaje lo tenga solo con él, en sus manos. Sus mejillas se encendían como soles y sus ojos esmeralda remolineaban como mares al ver ese blanquecino cuerpo semidesnudo deseando tener más pero sin atreverse;

el era un caballero, era tímido y sensible pero esta vez no quería serlo.

Ella veía el cuerpo de su novio y no veía imperfección alguna. Su cabello verde con leves tonos azabache caía hacia atrás, dejando escapar algunos rizos rebeldes que lo hacían ver guapo. Sus mejillas pecosas y sonrojadas como manzanas lo hacían ver el chico más tierno del mundo.
Su cuerpo ... ¡Oh! El glorioso cuerpo de su novio siendo cubierto por gotas de sudor lo hacían ver el hombre más sexy del mundo y eso la hacía enloquecer más de lo que ya estaba, queriendo más de su novio con el que había estado ya hacía 4 años.

-"Su olor"- pensó él

El olor dulce que la castaña emanaba era similar al chocolate derretido sobre fresas frescas y jugosas sin contar de los polvos sabor cereza que desprendía su cuerpo cada vez que el la tocaba más; a él le volvía loco el olor dulce que la hacía sentir más inocente, que la hacia ver sexy, que la hacía ser deseada más y más por él.

Pero, él no se quedaba atrás, a ella no solo le gustaba, le seducía el olor a limón y miel que él desprendía de su cuerpo, le hacía querer más de él y saborearlo cada vez más, con ganas de probar esa agridulce combinación que solo su novio le puede dar, y, con sus manos en su cabello le llegaba el leve olor a tabaco que sabía muy bien que él solo lo probaba por el estrés que estaban llevando ahora.

No le importaba.

La combinación de esos 3 olores la hicieron sentir enloquecida, alucinando con el tabaco, soltando lágrimas por el limón y compensando todo con la dulce miel y eso le maravillaba.

Como ella le maravillaba a el.

Él le tomo la mano antes de despojarla de sus últimas prendas, no era la primera vez que lo hacían pero aún se sentía como un ladrón quitándole algo a una inocente y linda muchacha ... Pero, ¡Por Dios! El sentía que ella le arrebataba todo de el, y como amaba que se lo quitara y más aún cuando le regresaba de más.

Las mejillas de ella se tornaron un poco más rojas y su cabello alborotado siendo tomado por las manos de él suavemente cuando ella le quitaba ahora su última prenda a su novio.

Sus ojos se cerraron pero abrió otra cosa.

El fue despacio, poco a poco, ella aún sentía que se demayaria y hurtando en sus cabellos verdosos los tomaba con fuerza. Fuerza. El puso más sin lastimarla y con leves jadeos ella se tapaba la boca pero a él como le producían gozo sus respiraciones como de ángel, decía él.

La abrazaba y la tomaba con delicada fuerza. La besaba. La tocaba.

Por Dios, la amaba y amaba cada parte de su presioso cuerpo. Ella era insegura y él lo sabía, pero siempre le hacía entender que era la mujer más hermosa que alguna vez pudo conocer, fue la primera chica de la que se enamoró y sabía que también sería la última. Besaba su cuello y probaba los polvos de cereza, luego tocaba su cabello y ahí va ... Explosión de chocolate, veía sus mejillas por arriba de su mano cubriendo su boca y pensaba en dos pequeñas manzanas casi siendo corrompidas por los labios de él besando con suavidad una de un lado.

Amaba cada pequeña cosa de ella y el tenerla así hacia que su corazón se volviera loco.
Sus piernas regordetas alrededor de su cintura, sus brazos alargandolos tomándolo del cabello húmedo, mejillas sonrojadas y ojos entre abiertos , respirando con fuerza y él deleitándose con esa vista hermosa pudo explotar como volcán cuan  erupción estuvo atrapada por algún  tiempo, hecho un desastre, junto a ella.

La chica lo vio de nuevo, lo acerco y lo besó, tocando sus mejillas aún  sonrojadas, hundió sus ojos dulces en los frescos de él y él la rodeó en sus brazos la tapó con la pequeña frazada que estaba sobre la cama. Tiró los desechos y se posicionó junto a ella de nuevo, dándole un beso en la frente y diciendo -"Te amo"- . Esa noche Izuku Midoriya, acababa de hacer a Ochako Uraraka, Ochako Midoriya.

Holaaaaa :3 Es mi primer escrito, así que si tienen alguna crítica o consejo me sería de mucha ayuda. Muchas gracias si lo leíste ñaldjfh y espero le guste u///u Es un lemon romántico (? Ksksks yuy Muchas gracias de nuevo y nos leemos <3

That night. IzuOcha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora