Pudiste haber tenido la decencia de decirme cada vez que te besé, que los hombres no son algo en lo que realmente estés interesado.
Por que si, no fue ni una, ni dos veces en las cuales yo tuve la oportunidad de probar tus deliciosos belfos rosados.
Aquellos con los cuales soñaba desde hace tiempo con usurpar y dejarlos rojizos.
Por que te gustan las chicas, chicas, chicas.
Por que te gustan las chicas, chicas, chicas y yo no te gusto.
Mis ojos se cristalizaron y mis labios comenzaron a temblar al verla la forma cariñosa con la cual le ofrecías tu mano. Y claramente, ella gustosa la tomó.
Todo esto era un asco.
Yo era un asco.
Estar enamorado era un asco.
No.
Estar enamorado de tú mejor amigo es un asco.
Trate de hacerme el fuerte así que decidí ahogar un sollozo e inhalar de forma profunda.
Cerre los ojos de forma cansada queriendo de una vez por todas desaparecer.
Pudiste haber tenido la amablilidad de rechazarme privadamente, en lugar de reírte acerca de ello con todos tus amigos y después hablar mierda de mi.
Por que si, fuiste tan cruel que te burlaste de la carta en la cual plasmaba todos mis sentimientos acerca de ti. Creí que eras de otra forma, ya sabes, cuando nos encontramos nosotros dos solos, en nuestra linda burbuja, pero ya se realmente como eres.
Y ahora he comprobado lo mal que me tienes.
Ya que aún sigo sin retractarme de que me gustes, me encantes, te adoré y te ame.
Pero te gustan las chicas, chicas, chicas.
Pero te gustan las chicas, chicas, chicas y yo no te gusto.
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