l u n a; d a d d y / / inu no taisho ✗ sesshomaru

一

父、私はあなたを愛しています。

Sesshomaru era joven en ese entonces, sólo un adolescente demonio que aún no controlaba del todo sus emociones. Se había enamorado de quien no debía.

Su padre, el gran perro, era conocido como uno de los más poderosos demonios. Temido y admirado por muchos, respetado a más no poder.

Sesshomaru lo amaba, más de lo normal y de diferente manera. Lo amaba más de lo que su madre podría hacerlo. Él siempre estaba allí, sentándose en su regazo cuando nadie los miraba. Besandose con nada más que pasión y anhelo. Tantas veces compartieron el lecho, que Sesshomaru no se extrañó de salir embarazado.

Cuando se lo comunicó, manteniendo esa expresión de mármol, Inu no Taisho no hizo más que observar su vientre e informarle de su amorío con Izayoi, una humana. Sesshomaru, dolido a terriblemente, no dijo nada. Lo miró con desprecio y, ocultando su traicionera lágrima, salió del despacho y jamás volvió.

Le informó a su madre, Irasue, de su estado. Ella se mofó de él, y le dijo unas palabras que no olvidaría jamás; "¿Confiaste en Inu no Taisho? Oh, querido, te creí más inteligente."

Pasó esas estaciones solo, nada más sintiendo las pataditas de su primogénito en su vientre. Mentiría si dijera que no le enterneció, ese niño era el fruto de su fallido amor por su padre. Merecía todo lo que este ser supuestamente carente de emociones le pudiera dar, aunque eso rompiera su amada soledad.

El niño nació una noche de primavera, bajo un hermoso árbol de flores rojas. Lo llamó Kanemaru, en honor a esos ojos dorados idénticos a los de su amado. Las motitas de cabello blanco poblaban su cabeza y unas marcas azules similares a las de Irasue, pero de bordes rectos que terminaban en pico se situaban en los pómulos regordetes. Un digno heredero del Capitán de los Perros, sus orejas puntiagudas y esas marcas en sus mejillas, muñecas y tobillos lo demostraban. Kanemaru era su legado, su legado legítimo. Ningún hanyo nacido de una asquerosa humana merecía ese lugar más que Kanemaru y él mismo. Después de todo, Sesshomaru seguía siendo el primer primogénito de Inu no Taisho.

Pasó un tiempo y Sesshomaru se enteró que su padre, su amado, planeaba sacrificar su vida por esa humana y es no nacido. Se encontró con él y le habló, no fue a detenerlo, aunque una voz en su interior le decía que lo hiciera. No, él fue a reclamarle Tessaiga y Sounga. Esas espadas debían de pertenecer a él y nadie más que él.

Como supuso, su padre se negó. Le preguntó si tenía a alguien a quién proteger. Inu no Taisho sabía la respuesta, la sabía muy bien, pero aún así mintió.

"- Para mí, Sesshomaru, eso es totalmente innecesario."

Y así, con esa herida mortal causada por Ryūkotsusei, se marchó a su muerte.

Sesshomaru no lloró, ya no tenía lágrimas. Se limitó a criar a Kanemaru, a recorrer las tierras y entrenar duro hasta convertirse en un poderoso daiyōkai y así, cuando llegue el momento, recuperar a Tessaiga.

なぜ？