Desde pequeña creía en leyendas urbanas que me contaba mi abuela. A medida que crecía me iba olvidando cada una de ellas, pero siempre recuerdo una: “El espejo del futuro”. Se decía que si encuentras un espejo en el medio de la playa, éste te dirá el futuro. Y es ahí donde entro yo en esta historia. Me llamo Vera Thompson tengo 17 años y desde que encontré aquel espejo en la arena, mi vida cambió totalmente al dejarme ver el futuro en mis manos. Mi historia comenzó así.
Era un domingo de mucho calor, aquí en la cuidad de Neuquén el verano se sufre más que el invierno. Mi reloj marcaba las tres en punto de la tarde y necesitaba salir de mi casa e ir a la playa a refrescarme. Una vez en la calle,empecé a caminar. Observé mi camino y las calles eran como un cementerio vacío, pero en vez de haber tumbas había casas de todos los colores imaginables. Al llegar a la playa más cercana, me saqué los zapatos que llevaba puestos y corrí hacia el mar, pero al llegar a la mitad de la playa solitaria, sentí el ruido de un vidrio romperse con solo pisar la arena.
Miré mis pies rápidamente por si me había lastimado pero no había ni una cortadura, me agaché y busqué aquel vidrio roto, pero me llevé la gran sorpresa de que era un lindo espejo de todos colores. Su vidrio estaba partido al medio pero tranquilamente se podía ver igual. Sonreí por mi hallazgo y lo guardé en el bolsillo de mi pantalón.
Al llegar a mi casa dejé el hermoso espejo en mi mesa de luz, no le había prestado mucha atención ya que pensé que era un espejo común y corriente, pero cuando la noche se posó en mi ventana el espejo empezó a lanzar luces de colores. Eran como rayos láser apuntando en toda mi habitación. Me asusté y lo tiré contra el suelo para que se rompa pero no había caso, el espejo seguía intacto sin que sus vidrios se rompan. Al pasar los minutos, las luces desaparecieron. Acerqué mi vista al espejo y pude ver toda una cuidad adentro de él, pero lo más loco es que yo estaba ahí y todas las personas que conocía.
Podía verme al lado de mi mejor amiga Caroline sentada en aquel árbol hablando tranquilamente pero yo no recuerdo aquella situación. Por otra parte estaba mi abuela y mi mamá mirando tele en la cocina ¿Desde cuándo hay televisión en mi cocina? En un costado se encontraba mi padre dando clases en mi escuela con todos mis compañeros de curso ¿Acaso mi papá es mi profesor y yo no lo sabía? Tiré fuertemente el espejo contra la pared pero no se rompía parecía como si estuviera hechizado.
En un abrir y cerrar de ojos se me vino la historia que me contaba mi abuela cuando era pequeña “El espejo del futuro”. Agarré el espejo en mis manos y corrí hasta la habitación de mi abuela para mostrarle lo que hacia este espejo.
-A que no crees lo que encontré…- Y de a poco, le conté todo lo que había ocurrido.
Mi abuela desde que tengo uso de memoria cree en los hechizos, fantasmas y todas las leyendas que se han contado. Su respuesta cuando le conté lo que había hallado fue muy clara :“Entierra ese espejo” .
-¿Por qué tendría que enterrarlo?
-¿Sabes una cosa Vera? No es lindo saber lo que te va a pasar mañana.
-¿Por qué no? A mí me parece genial la idea.
-Le sacás emoción a tu vida, yo sólo te recomiendo que lo entierres.
-Está bien, veré lo que hago.
Mi abuela tenía razón, pero quería saber mi futuro y seguro que mis amigas también. Hice una reunión en la playa donde siempre nos juntábamos y les mostré el espejo a cada una de ellas. Pudimos ver que se le cumplían los sueños o metas que tenían el día de mañana. En mi futuro me veía como una arquitecta con dos hijos y un marido médico. Cuando terminamos de ver el futuro de cada una de nosotras lo enterramos en la arena.
Al pasar el tiempo mis amigas y yo crecíamos y todo lo que habíamos visto no se cumplía. Hoy tengo 37 años, soy soltera y pude terminar la carrera de ingeniería industrial. Ya pasaron 20 años desde que vi aquella imagen con mis amigas en aquella playa, y a nadie se le cumplió lo que predijo el espejo… Ya hace largos años entendí que no hay que creer en las leyendas y en todo lo que te dicen del futuro, porque vos mismo construyes tu futuro del día de mañana.
FIN
