La paz interior es un privilegio sublime y tonificante que repleta de gozó el alma, es patrimonio de los que luchan Por sus objetivos en la vida, de los seres exitosos. Es, me atrevo a asegurar, un reconocimiento divino. Logramos ese sosiego espiritual ciando enfrentamos la vida llenos de auto confianza y optimismo, y estamos dispuesto a luchar por la conquista de los sueños sin esperar por soluciones ajenas, y mucho menos, por la llamada buena suerte.
Me viene a la mente el líder independentista indio Mahatma Gandhi, quien se caracterizo no solo por ser un gran luchador por la libertad de su pueblo, si no también por su profunda espiritualidad, por su vocación humanista y por una proyección de paz pocas veces igualada en la historia de la humanidad.
Quien no encuentra armonía en sí mismo, vive con la costumbre de quejarse constantemente, asume siempre el papel de víctima, achaca a los demás sus descalabros y culpa de su infelicidad a quienes lo rodean. ¡Eso es estar en guerra con los demás!