Recuerdos futuros [AU Spin Off]

Prólogo

La ciudad de París seguía siendo una meca en cuanta cultura y moda, quizá porque los principales promotores en cuanto a diseño de ropa habían vivido en ese lugar. Era casi obligatorio saber quiénes eran Gabriel Agreste y sus nueras Lady Julianne y Marinette Dupain-Cheng. Tanto las damas como el caballero, crearon su propio estilo que se hizo una necesidad para las socialités. Los tres crearon la compañía más fuerte del mercado, con presencia a nivel internacional tanto para las altas esferas como para estratos medios.

Aunque ellos habían trascendido hacía muchos años, sus enseñanzas y cultura del diseño seguía vigente; convirtiéndose en materia obligada en la Academia de Modas de París; que seguía teniendo el estigma de haber rechazado a Lady Julianne, y en Parson cuna del nacimiento como diseñadoras de las primas-hermanas Dupain-Cheng.

En una era donde la tecnología estaba al orden del día, en Agreste Design seguían la vieja escuela de todo material realizado en sus talleres debía hacerse a mano, así se probaba la valía de cada uno de quienes trabajaban ahí, quienes con suma destreza trabajaban la orfebrería, esencias, zapatería, bisutería, moda y alta costura. Ese era el secreto de su éxito y no lo dejarían ir.

Muchas casas de moda trataron de innovar con maquinaria y lo único que hicieron fue que las personas declinaran por algo más tradicional. La prensa mencionaba que en cada producto salido de Agreste Design se guardaba el ahínco de Gabriel Agreste, el orgullo de Lady Julianne o la innovación de Marinette Dupain-Cheng. A ciencia cierta nadie podía saberlo pero, les agradaba que aun el nombre de los pioneros de la familia siguiera en boca de todos.

La familia Agreste había prosperado, no sólo en cuestiones monetarias, las cuales ya eran vastas antes de la unión matrimonial del hijo mayor, quien tenía su propio capital, Félix con Bridgette Cheng, quien causó un incremento en la fortuna, sumado a sus éxitos en la empresa de su suegro.

No, ahora los miembros de la casa no eran un pequeño grupo de cuatro como lo fue Gabriel, su esposa Charlotte y sus dos hijos. Ahora había tantos descendientes de la casa Agreste-Cheng que se habían unido con otras familias que era casi imposible que todos estuvieran dentro de la mansión Agreste. Por lo que se habían repartido entre los países donde Agreste Design tuviera oficinas: París, Londres, Nueva York, Milán, Tokio, Beijing, Corea del Sur, Dinamarca, Moscú, eran algunos de los países de residencia de los descendientes.

Por parte de la casa Dupain-Cheng, también había crecido. La familia china había emigrado a Francia, la granja de los padres de Bridgette comenzó a trabajar en el ramo alimenticio a gran escala. Se desarrollaron productos perecederos como carnes, frutas, verduras frescos y enlatados. Athien y Emma Dupain-Cheng no les gustaba la ostenticidad pero querían que los trabajadores tuvieran lo necesario para sus familias, sus buenos productos aumentaban la demanda de quienes lo consumían y la empresa prosperó. Ella falleció rodeada de sus nietos, sus trabajadores que siempre la adoraron y lamentaron su enfermedad. Athien murió unos años después, siguió aconsejando a su hija y a su sobrina, amándolas como las niñas que un día pusieron en sus brazos y mantenía el afán de protegerlas, hasta que las fuerzas lo abandonaron, aceptó que no había nada de que arrepentirse, la edad le cobró factura y cerró los ojos, listo para la otra vida.

Sabine y Tom, no querían fama o gloria pero, fue algo que les llegó. Pronto la pequeña panadería no era suficiente para abastecer todos los pedidos. Primero por la calidad de sus creaciones, segundo porque era una visita obligada en París y tercero por los cientos de fans de su hija y sobrina que querían conocer el lugar donde las chicas habían pasado parte de su vida.

La panadería se amplió, al no ser suficiente abrió una sucursal y con la llegada de más y más capital por parte de los Agreste y de las mismas chicas Dupain-Cheng, se hizo una cadena nacional de pattisiere. La familia de Sabine llegó para apoyarlos y sin pensarlo se les salió de las manos el pequeño proyecto que Tom Dupain había comenzado para mantener a su familia, ahora era el sustento de decenas de trabajadores y alimento en cada comida de las familias francesas.