Anny comenzó a sentir cosas nuevas, sentimientos que jamas había experimentado. Solo con escuchar la voz de aquel chico, Anny suspiraba toda babeada por el.
Así comenzó una pequeña y clásica novela de amor, pero muy distinta al resto.
Para empezar, al verse a diario, ya se le notaba que estaba perdidamente enamorada. El se sentaba justo detrás de ella y tuvo la confianza de soltarle el bra. Anny se ruborizo y sin mas nada que decir lo miro con esa mirada inocente e infantil y le dijo que lo abrochara nuevamente. Al decirle esto, el inmediatamente asustado con que ella le culpe con el maestro le sujeto el bra.
Esto se volvió tan natural a diario que ella ya no se quejaba y solo reía y lo abrochaba por si misma.
Habían intercambiado palabras en los siguientes meses y no era tan especial los temas a tratar, solo cosas de clases y eso.
Llegan los finales de semestre y se decide planear una fiesta a la que solo el curso iría.