"A veces crees saber como va a terminar todo, crees tener el control de tu vida, que tienes la suficiente experiencia como para evitar caer en las trampas del mundo, pero no es así y lo aprendes de la peor manera, pero no todo acaba ahí, siempre habrá un nuevo inicio, uno que te hará entender porque las cosas simplemente no se dan como las pensaste..."
-"Los amigos no existen, el amor la mayoría de veces no es real, los demás solo van a traicionarte, porque somos humanos, porque nada es para siempre, y yo sólo quiero proteger tu corazón cariño" es lo que me enseño mamá cundo tenía apenas 11 años, y la verdad no entendía porqué.La primera vez que tomo sentido fue cuando papá se encargó de romper mi corazón, desde ese momento, todo lo que hice fue crear barreras, que me llevaron a tener una personalidad indiferente ante los demás, como si nada me pudiera herir, como si nada pudiera calentar lo frío que sentía por dentro... claro que eso sólo era fuera de las puertas de mi cuarto, porque cuando llegaba a casa, era todo tan vacío.
Después de haber desperdiciado un año, lleno de errores, hoy entraría a una nueva institución, no esperaba nada realmente, solo quería hacer las cosas bien.
-"Cuál es tu nombre?" Preguntaron un grupo de chicos.
Si tuviera que hacer una lista de cosas que odio de mi sería, definitivamente, ser tan estúpidamente tímida, nunca sabía como responder y no soy para nada carismática, por eso siempre odiaba cuando llegaba a un lugar nuevo, no quería ser grosera, así que con todo el esfuerzo del mundo, sonreí y respondí.
-Elaine
-Es un gusto Elaine, mi nombre es Alexia y los idiotas de atrás son Jamie y Andy. Señaló a dos chicos, se veían agradables, así que sonreí e hice un ademán de saludo.
Las clases transcurrieron normal, mis compañeros preguntaban cosas y yo sólo respondía, cuando llegó la hora del almuerzo e íbamos camino a la cafetería, una chica más se nos unió, Alexia y ella parecían ser bastante cercanas, ya que se saludaban y abrazaban como si hubiera pasado mucho tiempo.
-Anne, ella es Elaine, es nueva en nuestra clase.
Me presentó, yo sólo la vi y sonreí, me di cuenta de que en realidad hacía mucho ese gesto.
-Vaya, bienvenida, espero que seamos buenas amigas, realmente no hay nada interesante aquí, pero prometo hacerlo divertido de vez en cuando. Me guiño un ojo antes de tomarnos los brazos y dirigirnos hacia una mesa con nuestros almuerzos.
No tenía la mínima intención de hacer amigos, no después de toda la mierda que tuve que pasar...
Pero ellos no tenían que saberlo.
Cuando acabamos, nos dirigimos al inmenso campo de área verde que tenía el edificio, nos recostamos bajo la sombra de un árbol, no me molestaba estar con ellos, eran bastante graciosos, y muy unidos, me sentía bien, a pesar de no hablar mucho.
Para cuando acabaron las clases, descubrí que Alexia tomaba el mismo camino que yo, así que fui junto con ella.
- Eres una persona misteriosa, no hablas mucho cierto?
-Yo... no lo hago, lo siento, no soy muy buena con los temas de conversación, es más sencillo solo si preguntas, responderé todo lo que quieras saber.-Dije algo insegura
-No es que quiera saber realmente todo sobre ti, solo decía lo que me pareció que eras, y al parecer es cierto, no te preocupes, pronto te sentirás en confianza, lo prometo.
-Sonreí sinceramente - Gracias por haber sido tan amable en mi primer día, a ti y a tus amigos.
-No es nada, nos gusta conocer personas nuevas.
En el camino Alexia hablo sobre algunas cosas, realmente no estaba prestando atención, me atormentaba la idea de volver a casa, era todo tan solitario y vacío...
A la mañana siguiente, desperté a duras penas, fui a verme en el espejo, cepillaba mi largo y negro cabello, miraba en el reflejo mi ojos negros y bajo ellos las enormes ojeras, producto del insomnio, mi piel color caramelo y mi contextura delgada, todo un mundo de inseguridades.
Terminé de alistarme, no preparada para otro día más, sin embargo el mundo no se iba a detener por mi.
De alguna forma quería tanto estar bien, quería dejar de sentirme como en un hueco de donde no podía salir.
