Parte única.

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Kun siempre se ha cuestionado qué es lo que hace saliendo con YukHei. Primero, porque aparte de su nacionalidad, no tienen nada en común y estos días hasta eso se vuelve cuestionable cuando piensa que Hong Kong tiene su propia bandera y la enorme cantidad de problemas que hay al siquiera pensar en eso. 

YukHei es brillante, estruendoso y cada vez que entra a un sitio. Todos los ojos se ponen sobre él. Él es como fuegos artificiales. 

Mientras que Kun es alguien mucho más calmado, silencioso y generalmente retraido. 

  — ¡Ge-ge!—grita YukHei, sacudiendo su mano en el aire. 

A su lado, pequeñito como el resto del mundo, MinHyung le ofrece una sonrisa tímida a modo de saludo. Es una costumbre del chico alto llamarle así incluso si lleva más de un año viviendo en otro país. 

  — Estamos en Corea, XuXi, tienes que llamarme hyung—habla el mayor en un suspiro. 

  — Hyung, recién estábamos diciendo que tú lucirías mucho mejor con el uniforme escolar que yo—comenta el más alto, haciendo un puchero, Mark se ríe agudamente y decide irse antes de que la cosa se ponga fea. 

  — Hace un tiempo ya dejé la prepa y no quiero volver, gracias—masculla el mayor. 

YukHei engancha sus brazos cómdodamente por encima de sus hombros. Algo usual cada vez que Kun lo recoge de la escuela y hasta en su mente parece un chiste porque probablemente los iljins se meterían con él antes que con el enorme sujeto que parlotea sin parar acerca de su día y de lo emocionante que fue hacer experimentos en la clase de Química.

  — Hyung. 

Kun se atraganta con su propia respiración cuando siente la voz del menor repentinamente más cerca y bastante más grave. Tiene pánico de voltear un poco el rostro, porque sabe que él lo está mirando con toda la intensidad que sus ojos poseen. 

  — ¿Qué pasa, didi? 

YukHei frunció el ceño y arrugó la nariz. Kun se rió entre dientes. Si había algo que le fastidiaba al menor era que lo llamara así. Siempre terminaba replicando "¡No soy tu hermano menor, soy tu pareja!".

  — Me dan ganas de besarte cuando andas en tu mundo.

Kun sonrió ampliamente. 

  — Pero ahora ya no tengo ganas, gege. 

  —Oh, bien. 

YukHei se detuvo en seco. 

  — ¿¡Cómo que bien!?—el chico alto, parecía estar a punto de hacer un berrinche. 

 Kun lo miró, aún con la misma sonrisa en el rostro. 

  — Es una lástima porque yo si tenía ganas de besarte. 

YukHei, con los ojos muy abiertos, corre tras el mayor. El Kun que el conoce moriría antes de mostrarse afectuoso en la calle.

  — ¡Pero sí tengo ganas! ¡Fue broma lo anterior!

 El mayor hace una mueca, como si lo estuviera pensando. 

  — Pues yo ya no tengo ganas. 

YukHei está casi llorando mientras le insiste el resto del camino al departamento del mayor que deberían besarse. 

Probablemente YukHei sea mucho más llamativo y medio mundo lo conozca, pero los pequeños hábitos; como la manía que tenía de besar sus hoyuelos, eran solo suyos. Kun deja de pensar al respecto, mientras YukHei jala de él hasta tenerlo encima, llenando su rostro de besos y entonces sí, consigue el beso en los labios que tanto quería. 

little habits / lukunWhere stories live. Discover now