Cómo siempre estaba prestando mucha atención a la clase, pero de la nada se me vino a la mente esas galletas que siempre comía cuando era niña, las galletas -Vainilla- eran las únicas galletas que me gustaban.
Hace mucho que no comía unas luego recordé que había otra marca de galletas que también saco unas parecidas con el mismo nombre pero diferente sabor y así de pensar y pensar...se me ocurrió esto.
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Jungkook se encontraba tranquilamente comiendo alejado de sus compañeros (a excepción de su hyung) sus galletas Vainilla de la marca Field y no las feas San Jorge que siempre le compraba su hermano, aún no entendía porque le traían de esa marca si las Field eran más ricas que la San Jorge. Todo el mundo lo sabía.
Bueno ese no era el tema, el tema era que su hyung de sonrisa cuadrada lo miraba con una expresión embobada.
Parecía que se lo quería comer. Era muy raro, además de incómodo.
Además de ello, su hyung seguía con la mirada cada acción de su mano, que iba del paquete a su boca. Seguro su TaeTae tenía hambre.
Y mostrando sus dientesitos de conejito tomó otra galleta y se la tendió a su hyung, dándole a entender que le convidaba.
El moreno no llegó a comprender y ladeó la cabeza en señal de ello, Jungkook movió su mano de arriba a abajo indicándole que la agarrara, pero Taehyung está vez negó.
Jungkook quedó confundido, estaba seguro que su hyung tenía mucha hambre, tanta como para mirarlo de aquella forma, ¡pero olvidenlo! Aquella era su última galleta así que él podría disfrutarla.
Teniéndo el dulce cerca de sus labios Taehyung se levantó de su asiento y fue hacia los belfos del menor para morder la galleta.
El pelinegro quedó congelado, tenía muy cerca a su querido hyung.
Taehyung masticó la galleta con total calma y lo besó.
Un beso sabor vainilla.
Aquello le encantó.
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Y se terminó. -bye
Te agradezco por insistir con esto y apoyarme en mis locuras.
