El nuevo en comisaria

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Era un día soleado,de esos días en los que piensas que el frío nunca llegara.El asesino acababa de matar a sus dos primeras víctimas.
Todo empezó cuando Tiana y yo nos conocimos el 15 de enero de 2014.

Yo entré en comisaría por primera vez intentando encontrar un argumento para mi nueva historia de misterio.Vi una mujer de ojos como dos gotas de agua y pelo castaño sujeto en una coleta de caballo.Llevaba un uniforme,así que supuse que trabajaba allí. Me encaminé hacia ella en busca de un poco de información. La saludé:

-Hola soy Christian.- Y le guiñé el ojo tal cual galán.

-Hola soy Tiana .- Respondió ella sin quitarle ojo a los papeles que tenía en mano.

Toqué su hombro para que me dirigiera la mirada. Cuando capté su atención le pregunté:

- Están investigando un caso,verdad?

-No es de su incumbencia señor...

- Pattison, Christian Pattison.-le aclaré.

- No es de su incumbencia señor Pattison.

- Tengo una licencia para poder colaborar en este caso y así tener un argumento para mi nueva novela.Si lo sé, soy escritor.-Dije enfatizando la palabra escritor con arrogancia.

-Eso lo tendré que consultar con mi jefa.

Se fué y regresó después de unos minutos. Me miró con mala cara y asintió, haciéndome entender que me lo contaría todo sobré el caso que tenían entre manos.

Fuimos a una sala con paredes blancas y sillones verde menta acompañados de una mesita de cristal. Nos sentamos en aquellos sofás que al contacto humano eran duros como piedras. Me empezó a explicar resumidamente lo que investigaban.

Sara Gil Requena y Laura Navarro Pérez eran las víctimas de aquel asesinato. A las dos las mataron con una daga con mango de cuero, clavada en su pecho. El modus operandi afirmaba que era un asesino en serie .Mataba a niñas de no más de 16 años con aspecto similar,cabellos dorados con la raya a un lado y ojos verdes.Era un asesino en serie organizado .Después de decirme aquello me presentó a sus compañeros de trabajo.

Cuando cayó la tarde, fui a mi casa y me la pasé toda leyendo libros sobre asesinos en serie, para adentrarme más en mi nuevo trabajo como investigador.

Cuando la noche llegó, cené las sobras que me dió mi vecina Margaret, una ancianita muy amable que siempre hacía comida de más por si acaso. Me fui a dormir pensando en aquellos libros que tantas incógnitas habían sembrado en mi mente.

LOS CRIMENES DE TIANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora