La chica de mis sueños.

capitulo#4

Muy nerviosa, decidí cambiar de tema.

-Anaa... has estado yendo al gym estas preciosa- le digo asombrada.

-mira, sólo te pido una explicación, tranquila no me lastimaste si es lo que piensas, tan sólo me quitaran un riñón perra- dice exagerando.

-mira te dire...

-si ya se que le contaste mis secretos, pensaba que éramos amigas.

-¿Qué?, en ningún momento hice eso eres mi amiga soy leal, ¿me crees capas de eso ana?

-no..noo, ¿pero entonces que diablos hacías en casa de ella?. Me contestó apenada.

-pues en la pijamada que no pudiste venir porque habías reprobado. Le respondo

-no eso fue una excusa es que no quería dormir en casa de ella y mucho menos compartir con ella me quiere robar todo, a jack, mi colegio, y lo más importante a ti.

-va, ya se de que viene todo esto, Ana estas equivocada ella es una buena chica acercate más a ella y sabrás la clase de persona que es. Le contestó

- sabes que vete a tu pijamada con esa tipeja ya se cuales cosas son importantes para ti y yo no estoy en esa lista. Me miro con decepción.

-no puedes actuar de esa manera ni que fuésemos novias, siempre me frienzoneaste porque vienes con estos celos de la nada. Le digo ya alterada.

-si, lo se yo sólo te quiero como una hermana y ella no es lo mejor para ti y no quiero que te pase nada.

- que me puede pasar, sabes que creo que es mejor que te vayas de mi casa, me agotas la poco paciencia que tengo.

Sin decir nada se dio media vuelta y salió de mi casa. Me sentí super mal nunca había llegado al extremo de hablarle mal a Ana ella siempre fue mi mejor amiga, tal vez fui yo la que me equivoque, tal vez y si quería lo mejor para mi, siempre lo arruinó todo.

Una lágrima se escapa por mis mejillas, subo al cuarto a despejar la mente.

- ¿porque lloras?.

Me dice una voz que venía desde mi puerta.

-me asustaste, - era Samantha parada justo al frente mío- ¿que haces ahi?- Le pregunto.

-logre escuchar un poco la discusión y decidii venir, ya que este problema es por mi.

-mira no estoy en mi mejor momento ¡¿me podrás dejar sola?!. Le digo con mucha furia.

-tranquila te comprendo si necesitas algo de mi estaré en casa.

Sale por la puerta y lo que más necesitaba en ese momento era despejar mi mente y olvidar todo aquello que pasó.