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Capítulo 12: Nueva visita

"-Owen...eres tan lindo... Quiero tenerte entre mis brazos..."

No...

"-No... Aléjate... No te me acerques!... Por favor..."

Sus manos se sentían desagradables...me daba miedo...

"-No me toques... ¡Aléjate!"

No...

"-Lindo..."

No...

"-Owen..."

-No!!!

Mi cuerpo estaba sudado y mi respiración agitada. Puse mi mano en mi frente porque la vista la sentía muy distorsionada.

-¡¿Owen?! ¿Qué sucede? -llegó Liam al instante por la puerta con una expresión de angustia en su rostro.

Yo intenté reaccionar, pero solo logré marearme más.

-Owen, mírame, intenta respirar hondo -tomó mis mejillas para que lo viera.

Sólo entonces me di cuenta que mis ojos estaban llenos de lágrimas.

-¿Owen?

-L-Lo siento...yo...-

Antes de que pudiera decir otra palabra ya me encontraba en sus brazos. Acarició mi cabello de modo que me sentí más protegido, sin embargo mi cuerpo no dejaba de temblar.

-Soñé...con él... -dije escondiendo mi rostro en su pecho.

Liam volteó a verme atónito y de inmediato colocó una mano en mi frente.

-Demonios -fue lo que dijo.

-¿Q-que sucede? -pregunté desde la cama un poco mareado.

-Tienes fiebre

Tan pronto dijo eso salio del cuarto en dirección a la cocina, supuse que buscaría medicinas y agua fría.

Cuando estuve solo dirigí también mi mano a mi frente, no podía sentir la temperatura elevada bien, ya que en teoría todo mi cuerpo estaba igual, pero si sentí la desagradable debilidad que recorrió todo mi cuerpo seguido por un breve temblor. Odiaba ese sentimiento.

Intenté pararme de la cama, pero tan pronto lo hice mis piernas no me resistieron y terminé cayendo al suelo. Segundos después llegó Liam con unas toallas pequeñas y un pote con agua fría igual, su expresión fue de pura preocupación al verme.

-¡Owen! -llegó a mi lado y me ayudó a incorporarme dejando los objetos que traía en la mano en el mueble.

-Lo siento...solo quería llegar al baño...

-Sabes que no te debes levantar tan rápido cuando estas así

Sus fuertes brazos me cargaron hasta el baño, ahí me sostuvo para que pudiera mantenerme en pie hasta que lo logré por mi cuenta.

-Estaré esperando afuera ¿De acuerdo? -me dijo acariciando mi cabello- Sí necesitas ayuda me dices

Yo asentí. Seguido él salió por la puerta, dejándome solo en el baño.

Me fui quitando mis prendas intentando no moverme tanto, ya que la sensación de estar débil junto con la piel erizada se me hacia extremadamente incómoda, y fue peor cuando me tocó entre a la ducha. Las gotas frías del agua empezaron a caer sobre mi piel haciéndome estremecer al instante.

Cuando me acostumbre proseguí a lavar mi cabello y cada parte de mi cuerpo entre breves temblores y espasmos acusa de la fiebre que aún podía sentir perfectamente.