Capítulo 4

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Me levanté, sonreí al recordar lo que pasó anoche. Mierda, el era hermoso. No tenía nada que no pudiese gustarme.
Me aliste y casi corrí para llegar al lugar donde nos encontraríamos, Pablo no estaba ahí, pero lo esperaría. ¿Cuánto podía tardar?
***
Hace 3 horas, tres putas horas esperando, tres putas horas para entender que el no vendría. No se porque me molestó en creer esa clase de cosas, se que nadie podría gustar de mi. Se que no soy nada, no valgo nada.
Me siento en la arena y dejo que el aire me llene el alma, de alguna forma reconforte mi dolor interior. Ya no vendría y tenía que aceptarlo.
Me levanté con el orgullo por los cielos, pero el corazón en la boca y decidí meterme al mar.
Debía olvidar, por un instante alejarme de todo.
Comienzo a adentrarme en aquella inmensidad, cada vez nadó más profundo y más y más. Hasta que mis pies no tocan la arena, hasta donde sólo dependo de mi habilidades para estar dentro del agua, las que son prácticamente nulas, pero que no importaban ahora.
Decidí flotar, dejarme llevar, ser una con el mar. Cierro mis ojos y pronto no puedo abrirlos, el cansancio emocional no saca turno, llega de imprevisto y yo quería complacer a mi cerebro, necesitaba un descanso.

(PABLO)
Maldito taller, debía estar hace una 3 horas en el lugar donde le prometí a Luz. Sabía que no tenía porque respetar aquella promesa, pero ella tenía algo que no había visto en otras personas.
Era hermosísima, pero simplemente no podía entender que provocaba aquel toque de tristeza y angustia que la consumía, el que se notaba en su andar.
Me acerqué a la torre de salvavidas donde prometí verla y de golpe, siento un mal presentimiento.
Veo a un salvavidas salir corriendo, para luego verlo desaparecer en el mar.
-¿Qué pasa señora?-le preguntó a una anciana.
-Una joven, una joven está ahogandose y no pueden sacarla. -dice muy angustiada.
No puede evitar que la imagen de Luz le venga a la cabeza, ella no podía ser. Imaginaba que no estaría esperándolo por 3 horas, quizás más. Pero de ninguna manera podía ser aquella joven que peleaba por su vida.
-Abrán paso!-gritó un señor de unos 50 y tantos.
-¡La rescató!-grito una niña-mamá el es como los héroes de los dibujitos.
Me acerqué a la muchedumbre para ver quien era joven, estaba muy intrigado, no sabía porque la imagen de Luz le venía a la cabeza.
Pedí permiso para llegar al frente, no podía creer lo que veía, no podía ser ella.
¡Muerda tendría que estar con ella!
-¡LUZ!-se arrodilló a su lado.
-Tranquilo, joven-dijo el salvavidas-tengo que hacerle respiración boca a boca, alejese, le encierra el aire.
-Yo se primeros auxilios. -lo mire-puedo hacerlo.
Me acerqué sin preguntar más, tomé sus labios y comencé a hacer respiración boca a boca. Hasta su una tos, hizo que mi corazón vuelva a latir.
-Luz, estas bien?-la mire.
-¿Pablo?- su voz sonaba cansada. Mierda, me sentía tan culpable.
-Viniste-sonrió.
-Promesa cumplida, hermosa.

(LUZ)
Miré a la gente que escuchaba ansiosa nuestra escenita, así que me levanté despacio y busque al salvavidas.
-Gracias por todo.
-¿Segura que está bien?-me miro.
-Yo me ocupo, capo.-mire a Pablo y sonreí.
El salvavidas sonrió y se alejó junto con la gente que nos rodeaba.
-¿Qué te pasó?-me miró preocupado.
-Sólo la marea me llevo y no pude salir, no es nada. -sonreí.
-Me preocuparte muchísimo.
-No tenías por que -me sonroje y el sonrió.
-Sos hermosa, Luz-acarició mi mejilla.
-Ya, no empieces.-mordi mi labio.
-Sólo digo lo que veo.
-Bien, chico digo lo que veo, vamos a la peatonal, tuve mucha agua por hoy.
-Demasiada. -sonreí-Pero estoy feliz de verte.
-Yo igual.-beso mi mejilla.

****
Continuará!

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⏰ Última actualización: May 26, 2018 ⏰

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