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—¿Qué es este lugar? —preguntó Namjoon un poco curioso, pues observaba todo tan detalladamente

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—¿Qué es este lugar? —preguntó Namjoon un poco curioso, pues observaba todo tan detalladamente. El como la luna se reflejaba en un pequeño arroyo y las estrellas estaban más que presentes en el cielo nocturno. Miró sus pies, estaban rodeados por flores silvestres blancas, haciendo que el suelo no fuese del todo verde.

TaeHyung le dedicó una sonrisa melancólica, ese lugar era hermoso y sobretodo; especial. Cada una de sus visitas nocturnas hacían que su corazón sintiera un dolor, un dolor dulce.

—Aquí, Nam... —contestó un poco nostálgico. Pensó unos segundos y tomó su decisión, le contaría; se abriría ante su mejor amigo porque valía la pena y le tenía la suficiente confianza al mayor. A fin de cuentas, ya estaban allí. TaeHyung tomó aire y continuó —Aquí solía pasar todos lo días con YoonGi. Tengo recuerdos muy bellos en este lugar.

—¿Solía? ¿Dónde está YoonGi? —se atrevió a preguntar Namjoon. El castaño presionó sus labios y sentía su corazón latir demasiado rápido —¿Estás bien?

TaeHyung estaba tenso. Esa palabra no saldría de sus labios, por lo menos, no ahora y mucho menos en ese lugar. Cerró sus ojos y aspiró el olor del campo, tal vez podría encontrar su característico olor a menta una vez más.

El fuerte dolor en su pecho se hizo presente y por instinto miró hacia el cielo en busca de él. Su nariz picaba y sentía calor en su rostro, a pesar de que era una fría noche. Namjoon imitó su acción y observó tratando de responder a sus anteriores preguntas.

Entonces, comprendió. YoonGi era una estrella, no estaba más en este mundo.

—Yo lo siento mucho, Tae.

El castaño relajó sus hombros, y avanzó algunos pasos hacia adelante. Eran pasos torpes por causa de las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos —Algunas veces no puedo verlo y mi desesperación es tan grande que termino llorando.

Namjoon avanzó hacia él, dispuesto a consolar al chico de sonrisa cuadrada, ¿desde cuándo tenía ese dolor en su corazón?

—Hay una infinidad de estrellas y es difícil encontrarlo. Mira el cielo... justamente hoy hay demasiadas, ¿dónde estás? —su voz fue débil, el llanto se aproximaba; lo podía sentir.

—La estrella que más brilla es él, siempre está ahí contigo. Vayas adónde vayas y aunque no sea de noche, él está aquí. —susurró Namjoon y presionó con su dedo el pecho del menor, donde estaba su tristemente hermoso corazón.

TaeHyung suspiró y preguntó —¿Cuándo mueres te conviertes en una estrella, Namjoon-hyung?

—¡Claro que sí, porqué crees que hay muchas de ellas! —contestó con voz melosa. Claramente mentía, porque las estrellas también mueren. Y era absurdo contestarle algo con lógica, porque él aún estaba vivo.

before the sunsetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora