- Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Kohei Horikoshi
- Las imagenes no me pertenecen, son creaciones de sus respectivos autores.
-Este fic es de mi autoria.
-No apto para menores de 18 años.
- Contiene sexo explicito y lenguaje adulto.
- Bakushima
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El piso gélido refrescaba la planta de sus pies. Sus pasos rebotaban en la habitación. El aire acondicionado en veinte grados ayudaba a soportar el calor. Divisó la piscina y caminó hacia ella. Colgó la toalla y se dio una pequeña mojada antes de zambullirse con un clavado. El choque del agua con su cuerpo le aflojo todos los músculos. Nadó. De un lado a otro, moviendo los brazos con frenesí. Tenía que festejar internamente, la felicidad acumulada que ebullia de su cuerpo.
Estaba feliz de la vida. Hotel cinco estrellas. El mejor servicio y catering. Las mejores atracciones. La suite de lujo, con piscina y jacuzzi incluido. Lo mejor de lo mejor para el y su esposo. La luna de miel estaba siendo perfecta. Tanto que no podía más de la contentura.
Llego a la orilla en la última vuelta y salio a la superficie, agitado, tomando oxígeno. Sacudió su cabeza alborotando su cabello, salpicando unas gotas de agua sobre las baldosas. Busco algo con sus ojos y la vio. Una cámara. Se preguntó en que más podía usarla. La habían comprado para poder tener grabados todos los mejores momentos de su luna de miel. Salió de la piscina tomándose con fuerza del borde. De un salto estuvo fuera del agua. Se seco un poco las manos con la toalla y los pies para no resbalarse.
Tomó la cámara filmadora y la prendió. Paso uno a uno los vídeos grabados hasta toparse con el más importante. El momento del si. El rostro de Kirishima, su esposo, estaba lúcido, feliz y lagrimoso cuando el lente logró enfocarlo bien. Un zoom. Había pedido a Deku que lo enfoque bien, que salga con su mejor perfil, o lo asesinaba. Su esposo debía salir grandioso o moría. Y ahí estaba. Con el mejor rostro de felicidad, estúpidamente contento. El "si acepto" se logró escuchar nítido. Sonrió. Siempre recordaría esa cara. Esa adorable y tierna cara de tonto enamorado. Lo amaba. Amaba ese imbécil que sonreía con esos lindos dientes afilados, que habían marcado todo su cuerpo en sus noches de placer.
Escucha de repente una puerta cerrarse.
-¡Katsukiiii!- se oyó a lo lejos. Sonrió, esperando a que el otro aparezca- Oh aquí estabas- se percata Qué está sosteniendo la filmadora- ¿Qué mirabas?
-Tu si acepto. Y tu estúpida cara feliz en nuestra boda.
-¿Tienes eso grabado?
-Por supuesto. Se lo pedí al perdedor de Deku.
-Y que tal. ¿Salgo bien?
Giro sus ojos hacia los de él. El pelirrojo lo miro sonriendo, esperando la respuesta.
- Jodidamente empalagoso.
El pelirrojo se sonrojo. El rubio se acercó a el, tomándolo de la cintura con un brazo, aferrandonse del trasero ajeno. Con la otra mano sostenía la cámara.
-Katsuki... estas mojado.
- Que mierda me importa. Mira a la camara y sonríe. Muestra tu tonta sonrisa. Si mueres no me quiero quedar sin ella.
- No exageres.
-Callate y sonríe.
Grabaron un par de vídeos haciendo cursiladas y cosas vanales, triviales. Estaban algo aburridos. No tenían sueño y no quedaba mucho por hacer. Le dedicaron un mes entero a su luna de miel. No se separaron en ningún momento. Todo lo hicieron juntos. Les quedaban aún dos días. Los tenían que usar de alguna manera. De repente al rubio se le ocurrió una idea, metidos en la piscina.